06 marzo 2006

Carta para Papa Fondo

En relación con un rato de riqueza.
Eduardo Bähr
La mejor base para el matrimonio es la mutua incomprensión.
Wilde.

Prized Mr. Fondo:

Considere un atrevimiento el que éste su nunca seguro servidor deba dirigirse a alguien tan ubicuo y omnipotente como su persona, sin siquiera saber who the hell are you!

No lo hubiese hecho, de no ser porque antes el señor Maduro, ex presidente de mi país, aseguró que tenían un “saludable matrimonio” al grado de que desde su gobierno lo metieron como cómplice de nuestro “mejor futuro”, el mismo que parece haber logrado la felicidad de ocho millones de hondureños. Sé que no es bueno meter plumas en la intimidad del poder, por más que sea un secreto público que ustedes tuvieron una fragorosa relación sadomasoquista; sin embargo, periodistas experimentados en recibir cheques bajo la mesa afirman que la situación de la macro economía quedó servida por el señor Maduro en su nivel óptimo y de acuerdo al gusto de las políticas del nuevo orden, con lo que se hace evidente que la felicidad y la riqueza del pueblo hondureño tiene un “futuro seguro” para rato.

Según una anterior investigación publicada en el semanario católico FIDES, el gobierno del señor Maduro comenzó la política de ajuste económico con la módica suma de cuarenta y nueve mil seiscientos sesenta millones de lempiras, entre ayudas a bancos quebrados, condonaciones por deudas agropecuarias que incluyeron al propio ex presidente del Congreso Nacional, subsidios por robo en la Bolsa de Valores, descapitalización de INJUPEMP y pago diario a los dueños del transporte, entre otros… A lo que ahora debería sumarse el monto de los sueldos fantasmas, los viáticos, los pagos en dólares para consultores gobiernistas, la descapitalización de la ENEE y HONDUTEL y las transferencias de un mil cuatrocientos millones de lempiras sin respaldo realizadas a pocos días del traspaso de gobierno.

Parece que Ud. ha venido a dar un espaldarazo a las políticas macro económicas que dejó “servidas” el señor Maduro y que habrán de seguir su curso plácido aun cuando el gobierno del presidente Zelaya rebaje de manera permanente diez lempiras al galón de combustible, cree medio millón de empleos y construya doscientas mil viviendas (probablemente cerca de las maquilas); incremente eficacia a la salud y la educación, canalice los fondos de la Estrategia para la Reducción de la Pobreza hacia sus verdaderos destinatarios, encuentre y rescate los dineros de esa Estrategia que ya han sido desviados y meta presos a los corruptos; aunque faltaría que se explique por qué voces de ciudadanos reconocidos por su credibilidad piden rectificación en muchos aspectos de la actual manera de gobernar; por qué se esfuerzan, se cansan y vuelven a esforzarse en denunciar el laxo placer que la clase política gobernante siente en hundir más en la pobreza a los seres humanos que dice gobernar y representar.

El más alto dignatario de la Iglesia, Monseñor Rodríguez, ha escrito para el caso que se debe acabar con la injusticia y advierte “que la eliminación de la pobreza y el desarrollo encuentran obstáculos que parecen insalvables, como la inequidad en la generación y en la distribución de la riqueza…” /1 Y el doctor Juan Almendares, ex candidato presidencial que con toda seguridad será propuesto por la bancada de su partido Unificación Democrática para próximo Comisionado Nacional de los Derechos Humanos asegura que “existe un profundo quiebre del discurso cuando se cruzan la proclama del Poder Ciudadano y la práctica del ejercicio del poder autoritario del gobierno. Una contradicción entre lo que se dice y lo que se hace. No se pueden mejorar las condiciones de hambre si a la par de la Estrategia de la Reducción de la pobreza se incrementan las fuentes generadoras de miseria a través del TLC y las políticas económicas”. /2

Así que si el gobierno del presidente Zelaya no hace lo que Ud. exige la gente de este país tendrá menos empleos, menos viviendas y menos programas sociales; y eso traería como consecuencia “más problemas para todos”. En cambio, si confirma sus intenciones de seguir las viejas recetas todos tendremos, de la mano del Poder Ciudadano, más obras de infraestructura, reforestación masiva a nivel nacional, más asistencia médica y centros de salud; más escuelas, empleos, más policías militarizados...

Para optimizar la interpretación de su recetario tuve que recurrir al estudio de los códigos, tácticas y estrategias económicas que están contenidos en él (mi sabio instructor fue un locutor deportivo que ya logró incluir en el Nuevo Diccionario de la Real Academia las palabras cuerpeo y estóper, suficiente recomendación como para convertirse en diputado nacional o centroamericano); lo que me hizo ver que la riqueza y felicidad de ocho millones de hondureños pasa por la disminución del gasto público, la anulación de los estatutos de los gremios médico y magisterial; la recolección de ingresos y aplicación de impuestos a la gente rica que el señor Maduro estuvo protegiendo mediante el expediente de la canonjía, los enormes y dobles sueldos y el robo a mansalva; que desde ahora no va a haber más impuestos para la gente pobre, incluyendo a los indigentes que, por ser tantos, deberían pagar por las ganancias que obtienen de la comercialización y el consumo de la basura y el espacio bajo el puente en que viven… Y que, aparentemente, el gobierno del señor Zelaya descartará para siempre la doctrina Vinelli, desarrollada por un prominente economista de nuestra iluminada alta sociedad, y que simplemente se define con la imprecación: “¡Los pobres tienen que socarse el cinturón!”, de la que se hizo eco un anchuroso magnate de la televisión agregando, incluso, su propio axioma filosófico posmodernista: ¡Aunque les duela! (Aquí recordé que su mismísima persona, por boca de su director de relaciones externas Mr. Thomas C. Dawson ya lo había manifestado sabiamente: “Nosotros pedimos apretarse el cinturón y mantener el gasto en salud y educación para los pobres”).

Sepa que su embajada ya estuvo al tanto de que en Honduras “la justicia es una serpiente que sólo muerde a los descalzos” 3/ Debe saber por ello que aquí la truculencia en el manejo de los poderes del Estado y de los presupuestos únicamente sirve para engordar los portafolios de las maras de cuello blanco. Desde hace meses, la ex funcionaria, señora Juliette Handal, pregonó en oídos sordos la verdad de que si se cambia el modelo de importación de carburantes serían ahorrados más de quinientos millones de dólares al año (casi diez mil millones de lempiras), que servirían para ayudar en la ejecución de la agenda social en la que el Poder Ciudadano está pensando, o en pagar parte de los intereses de los préstamos que Ud. avala. Juntas de notables se cansan de ofrecer resultados de agotadores estudios que resultan en papeles tirados a la basura. (*) Así como, tal vez, debe saber que en una ronda de negociaciones para el Tratado de Libre Comercio (TLC), la clase comerciante e industrial que Ud. ha logrado desarrollar con sus préstamos, estuvo enfrascada en una disputa verbal de gran altura con su homóloga salvadoreña acerca de qué fue primero, si la pupusa de chicharrón o la pupusa de loroco…

Por todo lo anterior, con todo respeto, se me obliga preguntar: Siendo Ud. un agiotista serio, o que pretende serlo, ¿por qué da dinero a una clase política que nunca ha solucionado un ápice el problema fundamental de una nación como lo es el bienestar del ser humano que la habita? ¿Sabe Ud. acaso que el crecimiento de nuestra deuda externa se debió siempre a un histórico y descomunal robo en perjuicio de una población de niñas y niños hambrientos y en beneficio de una clase gobernante que basa su cinismo en la justificación de una alcurnia plastificada y en la pretendida posesión de una inteligencia que ha demostrado estar muy lejos de tener? ¿Por qué ha sido cómplice de este inhumano comportamiento haciendo préstamos condicionados a intereses mercachifles y atados siempre a la posibilidad de que sus propios técnicos se receten sueldos en dólares que Ud. sabe no tienen nada que ver con el desarrollo de este miserable país? ¿Por qué permite que sus viles prestatarios se enriquezcan en medio de la pobreza más abyecta y le remitan el odio universal que probablemente Ud., como simple mandadero de transacciones, no se merece?

Me habría gustado personalizar esta nota y dirigirla a su último representante que vino recientemente; pero los inteligentes periodistas de mi país no encontraron forma de escribir su apellido y nunca supe si era Rato, del Rato o al Rato. De manera que, si lo permite, pasaré mi tono interrogativo hacia una vena conversacional puesto que de tanto conocerlo ya casi somos amigos. Por eso, dígame: lo de Papa Fondo, ¿es por alguna parentela con Papa Doc, el viejo asesino haitiano? ¿Está Ud. en alguna cofradía secreta con el Santo Papa?... ¡No me diga que su verdadera identidad es la de Papa Noël, y durante todo este tiempo nos ha estado jodiendo, desde el fondo, con una maloliente, pulposa y falsa identidad!...

No muy atentamente:
Marzo, 2006.

(*) El ciudadano Carlos Selva, ingeniero con estudios en Francia, tocó toda puerta que encontraba para mostrar su proyecto, científicamente comprobado, de que la utilización del flujo y reflujo de las mareas en el Golfo de Fonseca hondureño puede producir la fuerza energética que el país necesita; tanto que al mismo tiempo podríamos sentarnos durante siglos a esperar a que el mar se seque…

1/ El Heraldo, 2 de marzo de 2006.
2/ “De la Cero Tolerancia a la Ideología de la Militarización”, marzo, 2006.
3/ Ex embajador Cresencio Arcos.

eldaguerro@gmail.com