26 septiembre 2005

Las Caras Duras de Pepe, El Presi y sus Ministros

¿No entiende? A ver, déjeme explicar. Es que los ministros de seguridad y defensa tienen a su cargo la seguridad de las elecciones (mueven los materiales electorales hacia y desde la urna hasta el centro de conteo, se aseguran que nadie les estorbe a los ciudadanos el derecho sacrosanto de votar) y, por otro lado, los miembros del Comité Político del P.N., tienen otro encargo; se supone que deben garantizar el triunfo de ese Partido. ¿Ya?

Difícilmente podría Porfirio Lobo Sosa, Presidente de El Congreso y candidato a la Presidencia a pesar de la Ley que él promulgó, prohibiéndoles esa aspiración a los Presidentes de El Congreso –para que no aprovechen ventajosamente los recursos oficiales-- pedirles a los Secretarios de Defensa y de Seguridad, a los que sedujo y juramentó como miembros de su Comité Político, que renuncien a esos puestos o a sus ministerios si él mismo se rehúsa a renunciar a la Presidencia del Primer Poder del Estado (aunque mucha gente no lo sabe, eso es El Congreso) aun dos meses antes de las elecciones generales. Insólito. ¿Con que cara dura podría hacerlo? Pero peca de tramposo don Porfirio cuando asegura que, después de todo, el nunca le pidió a Gautama Fonseca que renunciara al Ministerio de Seguridad en el ciclo anterior, porque, aunque hoy lo persigan, Gautama nunca fue miembro del Consejo Liberal, ni de su Comisión Política, coqueteó con la idea de ser ministro de Maduro y una y otra vez ha mostrado estar por encima de cualquier sectarismo. Y porque nadie objeta que Álvarez y Brevé sean cachurecos –tengo amigos y parientes que lo son— sino que sean miembros de un Comité Político, cuyo cometido y misión son precisamente contrarios a la misión que tendrán como Ministros, de garantizar una elección limpia y transparente, que asegure la transición. ¡A estos les vale un comino que los acusen de hacer, en los camiones del ejército, lo mismo que hacían en los pick ups de Canahuati en las internas!

Por mayoría absoluta de votos, aquí si, cuatro contra uno, El Tribunal Nacional de Elecciones ha solicitado formalmente al Presidente Ricardo Maduro que destituya a los ministros que insisten en seguir siendo miembros del Comité Político del Partido Nacionalista a dos meses de la elección. ¡Lo piden todos los partidos de oposición y no solo el P.L., incluyendo al Partido democristiano, aliado del oficialismo! Le piden peras al olmo.

Los ministros están frescos como lechugas, responden de forma cínica, con sangre fría y densa flema, tan tranquilos como el primer día. Y ponen la misma cara dura que don Porfirio. Álvarez aduce que él esta “trabajando para el pueblo, arriesgando su vida todos los días”, aunque anda blindado y acompañado de ¡ocho carros con guardaespaldas! Y que tiene derecho a tener un Partido ¡semejante payaso! Como si eso fuera lo que se le reclamara. Y se presenta como “presidenciable”, valiéndose del cachondeo de los periodistas pagados que le hacen el juego por la paga. ¡Lo quiero ver una semana después de que no pueda disponer más de ese fenomenal presupuesto de “relaciones publicas”, del que ha abusado para levantarse una falsa imagen! El 7 de Febrero. Si es que todavía es visible en esa fecha. ¿Es o se hace el papo?

Brevé alega que durante las elecciones él estará al mando del Tribunal Electoral y -¿lo entiende?- sujeto a que ese Tribunal lo destituya, como sin duda haría, puesto que el T.N.E. ha solicitado solemnemente su destitución desde la semana pasada al Presi en caso de que el no renuncie al Comité.

Lo realmente trágico de todo este asunto es el papel del Presidente. Ay, que triste pasado el de Maduro, que pudo haber salido de ahí, aunque fuera al final, como la concreción de su promesa, de ser un Presidente reformador, de respetar a la gente. Que pudo pasar a la historia como un hombre serio, congruente con los ideales que nos aseguro que tenia de justo, moderno y cabal... pero va a quedar en los libros como otro farsante que mintió hasta él ultimo momento... irresponsable, que provocó y jugó con fuego hasta el trecho final... un Pierrot, que permitió que lo manipularan como títere del Lado Oscuro, y se va a someter a ese tremendo veredicto del silbido atávico del pueblo el día que entregue la banda en el Estadio. Ay, del Presidente Maduro...

Todo hombre público en nuestro tiempo, dice un aforismo nuevo, tiene 15 minutos de gloria ante las cámaras y después debe pagar con el infierno del eterno olvido o el recuerdo de solo sus torpezas
Se puede denunciar todo esto de antemano por supuesto ante a la comunidad internacional en la que estos, por “nacionalistas”, no creen. Se debe poner sobre advertencia a los tribunales internacionales. Y es preciso hacer conciencia con los cuadros de todos los partidos, y ahora hay varios que tienen una porción que defender y se les va la vida en ello.

Pero el Partido Liberal no debe inquietarse por esta situación. Y mal haría en exigir de manera taxativa un comportamiento caballeroso, propio y honesto, que solo se puede esperar de gente con entereza y desprendimiento. Porque el empecinamiento de los ministros -mancha brava- de Porfirio en aferrarse al poder era previsible; es parte de su personalidad histórica y pública, de sanguijuelas. Y porque el castigo que les dará el electorado --justamente por esta clase de transparente trampa y sinvergüenzaza -- va a ser tan grande, que tendrían que quemar una tercera parte de las urnas y desaparecer a todos los delegados de las mesas y encerrar a los miles de observadores internacionales que estamos invitando a cada esquina del país ese día, para ocultar un fraude significativo. Y es que ya no es tan fácil “vencer al pueblo” en las urnas, como en aquellos dorados tiempos del General Carias, a quien proclama resucitar Don Porfirio, o aun hace 30 años.
RODOLFO PASTOR