Gobierno por encuesta
Hace unos 15 o 20 años, las encuestas eran poco menos que desconocidas en Honduras. Hoy en día estos métodos representan un papel muy importante en nuestra vida social y quizás más de lo que los augures representaban en la antigua Roma. Actualmente casi todas, si no es que todas las decisiones políticas van precedidas de una encuesta.
Existen algunos casos en que por las circunstancias que las generan, se les otorga a los resultados de una encuesta un peso ó valor semejante al de una elección formal: como pudiera ser el del caso actual, al estar compitiendo los otros partidos políticos contra el poder que ejerce el Presidente del Congreso de nuestro País siendo este, candidato a la presidencia de la Republica; en donde casi se advierte, se pronostica, que ya casi tienen el gane en la bolsa pero, desde luego tendrá que renunciar en algún momento y tiene que ser antes de las elecciones. Yo como simpatizante del Partido Nacional, considero desacreditable y lamentable el hecho de querer ganar las elecciones de la primera magistratura de nuestro País por la fuerza, y digo por la fuerza por que es difícil competir también contra los Señores del gobierno actual Álvarez y Brebé de la Policía y Defensa respectivamente, sobre quienes recae el transporte y vigilancia de las urnas y papeletas electorales en las elecciones.
Existen razones por las que Maduro vuelve a repetir que se siente solo. Creo se va a sentir más solo cuando entregue la estafeta pues según se rumora ha perdido muchos de sus amigos. Alguien decía el otro día que se administra a través de comisiones y comités para no meter todas sus castañas al fuego y que sean otros los que se embarren hasta el copete con tanta irresponsabilidad y Desgobierno. Creerá que entregarse totalmente a las Comisiones y Comités, le beneficie en las encuestas. ¿Pero Señores: “Podrán los comités tomar una decisión que es más estupida que la suma de sus miembros”?
Pero volvamos al tema de las encuestas. Hijas de los estudios de mercado, estas superaron muchos obstáculos: los políticos celebran las que los favorecen y critican, airados, las que les niegan su importancia. Así haya salvedades, en general se acepta que la democracia encuentra en los estudios de opinión su expresión directa y cotidiana, “de alguna u otra forma se gobierna por encuesta”. Los problemas originales de estas eran el alto costo, derivados de técnicas estadísticas con muestras muy grandes de encuestados. Pero hoy en día, cuando se sabe que con mil entrevistas, o menos, es posible tomarle el pulso a un país, a una capital bien poblada, entonces se las produce a montones de todos los temas, sabores y colores inimaginables.
Desde luego también las hay de altos resultados en la confiabilidad, con márgenes de error muy chicos; existiendo además ciegas creencias de lo que se puede obtener ó descubrirse a través de estas. Es tal el valor que se les otorga a las encuestas de opinión que no solo la descubren, sino que también la fijan. Por ejemplo: nuestro glorioso Partido Liberal, los Cheles como se les dice, ¿ya no tendrán hombres valientes que salgan a las calles a protestar como lo hacían contra Carias, dado que les va a ganar el oficialismo con el Presidente del Congreso a la cabeza? Pero volvamos al tema que nos ocupa ya que de los dos partidos hay tela de donde cortar.
En sentido de investigador hipotético ¿Quién cree la gente que ganará las elecciones próximas? No se trata aquí de preguntarle a la gente quien ganará las elecciones “se trata de meterle a la gente en su cabeza quien será el ganador para que vote por el”. Desde luego la respuesta dada por la mayoría entrevistada es buena por que todas estas son un ejercicio democrático en el que cada entrevistado representa un voto y ¿coincidir con la mayoría será estar lo correcto?
Las encuestas nos ilustran, así, ¿Debemos de estar a favor de la pena de muerte de LOBO o de la Cadena perpetua de MEL? ¿estar a favor del aborto o en contra? ¿Si se tiene que hacer una película de Aguas? ¿Si hay que mejorar las leyes? Etc. Yo creo que ni los candidatos saben. Se debe partir de la base de que los encuestados saben todo de todo. El punto a dilucidar aquí, es por que siempre es pequeña ó mínima la proporción de quienes responden “NO SE”. Muy simple: respondemos a las preguntas ó interrogatorios como lo hacíamos en los exámenes de primaria y secundaria. Es decir: “queremos pasar” quedar bien con quien interroga, que crean que somos buenos y en este contexto “la verdad es lo de menos”. El camino, lo adecuado, es decirle lo que creemos que quiere oír el encuestador. Lo que mucha gente declara se llama demagogia social, la opinión común la de moda.
Una opinión muy común es siempre hablar mal de la policía, pero fíjense lo curioso que nos esta sucediendo: “ya tenemos en el Partido Nacional un futuro candidato policía, bastante fotografiado”, yo no se en realidad si ha cumplido con la “0” tolerancia, pero los Nacionalistas que podíamos ó queríamos husmear ó pretender ese puesto ya no pueden, por que ya tiene dueño. De eso ni hablar. La prensa hondureña lo hizo grande.
El resultado final es obvio: Parte muy importante de las encuestas no consigue descubrir que cree realmente el entrevistado, sino apenas qué cree que le conviene decir. No miden la “opinión publica”, sino la demagogia social, lo que no va a ofender a nadie. La reacción inicial es que ya se pronuncio la democracia; hay que hacer lo que la gente dijo y creer en lo que defendió la mayoría.
Por favor no se malinterprete, creo en las encuestas, me gusta que se hagan, pero hay que negarse a aceptar que son algo mas que una sonda lanzada a la nebulosa de nuestra ignorancia y de regreso a la tierra traen de vuelta la verdad. Lo que proporcionan es una hipótesis tentativa en espera de refutación que nos demuestra lo ingenuos que somos.
Roberto Vallecillo Schaub
Rvallecillo@intercable.net
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