Lecciones del FMI
Esta última misión del Fondo Monetario Internacional que vino a dar el visto bueno a las últimas medidas adoptadas por el gobierno a raíz del “ajustazo” a las gasolinas que luego de la revuelta de los taxistas tuvo que ser reculado para que el descontento popular no afectara negativamente las posibilidades políticas del partido de gobierno en este período de campaña electoral, arrojan las siguientes revelaciones:
1.- Aún cuando era creencia generalizada que el Fondo Monetario no es partidario de los congelamientos de precios ni de los subsidios artificiosos ya que se trata de medidas de distorsión en los mercados que posteriormente tienen repercusiones nocivas en la economía, para sorpresa nuestra aprendimos que ello no es así y que el FMI avala los congelamientos a los precios de la gasolinas como medida política del gobierno para evitar efectos negativos electorales.
2.- Es obvio que no se trata tampoco de evitar una crisis política de insospechadas consecuencias ya que aún cuando el susto que dieron los taxistas fue como para poner a reflexionar a cualquiera, no hay ni el menor riesgo que ello atente contra la estabilidad social de país, ya que estamos en las postrimerías de un gobierno y no existe intención en sector alguno de desestabilizarlo y peor de botarlo, menos en los últimos meses del período electoral cuando todo mundo está pendiente del resultado de las elecciones y se sabe que muy pronto los inquilinos de la casa de gobierno la abandonarán. ¿Para qué hacer algo contra los que se van si la expectativa es por lo que viene?
3.- Necesario tomar nota de los precedentes que deja la actual experiencia, ello es que los empresarios del rubro perfectamente pueden sacrificar parte de sus grandes ganancias cuando les aprietan las tuercas, que hay motivos suficientes para dudar del gobierno cuando jura que no dispone de recursos en el presupuesto para el subsidio de necesidades sociales, ya que sólo es cosa de puyarlo un poco para que los suelte, y que las comisiones de gente reconocida a las que el Congreso entrega parte de las funciones del Ejecutivo, hacen en poco tiempo el trabajo que éste no ha podido hacer en todo el período de gestión.
4.- Pese a que no hay medicinas en los hospitales y en los demás centros asistenciales de salud, que muchas dependencias gubernamentales no cuentan ni con lo indispensable para mantener la ejecución de los proyectos de inversión, gran parte de ellos paralizados, tal como lo demuestra el pésimo estado de la red vial del país, a última hora se sabe que el gobierno, obligado por el Congreso Nacional, encontró más de 300 millones de lempiras para mantener el congela-miento de los precios, justificado ese hallazgo de recursos adicionales a que “los ingresos gubernamentales están mucho mejor de lo que esperaban” pese a que apenas unos días antes nos habían dicho que no había forma de amortiguar el incremento de precios y que hacerlo haría peligrar el programa con el FMI. Quién sabe hasta dónde, a la luz de lo sucedido, de ahora en adelante, los gremios que demanden incrementos salariales y otras exigencias sociales vayan a aceptar, de buena gana, los pretextos del gobierno que no hay dinero para atenderlos. Así como hallaron para esto, también para lo otro, ya que “hay buenas reservas internacionales, producto de las remesas familiares, y los ingresos son mayores a lo esperado”, podrán encontrar.
Sólo queda la incógnita de cómo va a repercutir todo este manoseo que han hecho ahora para salir del apuro político electoral, en el período inmediato después de agotado el congelamiento, ello es pasadas las elecciones y sobre todo en el próximo gobierno.
Nosotros, por el momento, como consumidores, felices con los taxistas porque pagamos menos por la gasolina.
1.- Aún cuando era creencia generalizada que el Fondo Monetario no es partidario de los congelamientos de precios ni de los subsidios artificiosos ya que se trata de medidas de distorsión en los mercados que posteriormente tienen repercusiones nocivas en la economía, para sorpresa nuestra aprendimos que ello no es así y que el FMI avala los congelamientos a los precios de la gasolinas como medida política del gobierno para evitar efectos negativos electorales.
2.- Es obvio que no se trata tampoco de evitar una crisis política de insospechadas consecuencias ya que aún cuando el susto que dieron los taxistas fue como para poner a reflexionar a cualquiera, no hay ni el menor riesgo que ello atente contra la estabilidad social de país, ya que estamos en las postrimerías de un gobierno y no existe intención en sector alguno de desestabilizarlo y peor de botarlo, menos en los últimos meses del período electoral cuando todo mundo está pendiente del resultado de las elecciones y se sabe que muy pronto los inquilinos de la casa de gobierno la abandonarán. ¿Para qué hacer algo contra los que se van si la expectativa es por lo que viene?
3.- Necesario tomar nota de los precedentes que deja la actual experiencia, ello es que los empresarios del rubro perfectamente pueden sacrificar parte de sus grandes ganancias cuando les aprietan las tuercas, que hay motivos suficientes para dudar del gobierno cuando jura que no dispone de recursos en el presupuesto para el subsidio de necesidades sociales, ya que sólo es cosa de puyarlo un poco para que los suelte, y que las comisiones de gente reconocida a las que el Congreso entrega parte de las funciones del Ejecutivo, hacen en poco tiempo el trabajo que éste no ha podido hacer en todo el período de gestión.
4.- Pese a que no hay medicinas en los hospitales y en los demás centros asistenciales de salud, que muchas dependencias gubernamentales no cuentan ni con lo indispensable para mantener la ejecución de los proyectos de inversión, gran parte de ellos paralizados, tal como lo demuestra el pésimo estado de la red vial del país, a última hora se sabe que el gobierno, obligado por el Congreso Nacional, encontró más de 300 millones de lempiras para mantener el congela-miento de los precios, justificado ese hallazgo de recursos adicionales a que “los ingresos gubernamentales están mucho mejor de lo que esperaban” pese a que apenas unos días antes nos habían dicho que no había forma de amortiguar el incremento de precios y que hacerlo haría peligrar el programa con el FMI. Quién sabe hasta dónde, a la luz de lo sucedido, de ahora en adelante, los gremios que demanden incrementos salariales y otras exigencias sociales vayan a aceptar, de buena gana, los pretextos del gobierno que no hay dinero para atenderlos. Así como hallaron para esto, también para lo otro, ya que “hay buenas reservas internacionales, producto de las remesas familiares, y los ingresos son mayores a lo esperado”, podrán encontrar.
Sólo queda la incógnita de cómo va a repercutir todo este manoseo que han hecho ahora para salir del apuro político electoral, en el período inmediato después de agotado el congelamiento, ello es pasadas las elecciones y sobre todo en el próximo gobierno.
Nosotros, por el momento, como consumidores, felices con los taxistas porque pagamos menos por la gasolina.
Editorial 10/10/2005
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