06 abril 2006

Estrategia Reducción Pobreza (E.R.P.)

Amigos y amigos, les escribo solamente para decirles que leo sus escritos, y me uno en esta parte del hilo, como quien se une a una cadena de oración, con fe y con duda...
Hoy leí lo que escriben sobre la ERP y los hoteles de lujo que son propiedad de los dueños de la pobreza. Que son los mismos que nos han gobernado, venden el país, tienen pobres suficientes para que voten por ellos, y mueran por ellos en esta gran batalla silenciosa del desajuste estructural, que por supuesto, tienen técnicos y
consultores, que siempre andan buscando árbol con buena sombra.
Todo esto no es aparte de la gran peste transnacional que abate al mundo. Ustedes hablan como buscando encender un fuego, como quien quiere prender una brasa y alumbrar, o a lo mejor incendiar lo que ya se ha incendiado.
Los hoteles de lujo no son asunto aparte de los bancos que administra los fondos de la deuda, del congreso que aprueba los presupuestos o el concejo de ministros que dispone las políticas de nuestra muerte lenta.
He seguido en parte su discusión que hacen desde su esfera virtual. Del altar cibernético que es bueno para hacer catársis. Y puede no llegar más allá.
Algunas veces me pregunto, si muchos de los que opinan en este foro ¿hasta dónde son inocentes de este crimen? Es bonito ser francotirador siempre que no caiga ningún cadáver. Un jueguito de palabras a las que unos pocos le paran bola.
En muchos de sus escitos leo acentos de impotencia y amargura, y en otros casi de tentación.
Si nadie se prestara a la corrupción, no habría corrupción. Si todos fuéramos auténticos y no fuéramos oportunistas y lambiscones. Si dijéramos la verdad. Si no avalaramos el consumismo. Esto sería diferente. Pero en este país, es norma vivir en la falsedad, y muchas veces los debates no tocan fondo, o no interesa de que toquen fondo.
Yo creo que hay que discutir y que hay que opinar, pero sobre todo que debe de tomarse acciones concretas. Volver a la vida combativa, no por intereses mezquinos, porque en este país ya día estamos muertos y por eso no creemos ni en nuestra propia sombra. Estamos muertos, no de hambre solamente, si no de convicciones, capacidad de riesgo, de propuestas esperanzadoras.
En la ERP ¿quién puede creer?. Es un negocio, y otras veces un discurso para no entrar en choque con los grandes poderes.Es un paraguas contra las ventiscas del desempleo y los malestares intestinales. Hay una farsa montada en su entorno: la de la auditoría social y la de la transparencia. ¡Put.., qué es esa cosa de las mancomunidades, de la desconcentración, de la municipalización, de la reconversión, de territorialidad de las cuencas y microcuencas, si no peor que Plagas de Egipto, con una sarta de trampas técnicas y metodológias que requieren de millares de técnicos que actúan como langostas y se harten en sus hojas; por decir, en sus folios, que requieren de hectáreas de bosques para sostener su peso de toneladas?
En este país debe hablarse para entender eso y desenredar eso mismo, pero haciendo investigación, dando datos concretos, poniendo pistas para que la gente lo entienda, aunque sea sólo para entenderlo, como un paralítico, que sabe que es paralítico, o un loco que sabe que es loco, pero que no tiene cura.
Porque la perversidad de la riqueza crea las realidades de la pobreza como un monstruo de mil cabezas y millares de poderes y apariencias.
Pero debe de dialogarse, hablarse entre la gente común, no sólo entre intelectuales, técnicos y consultores (que son muchos de ustedes, perdonen, no me engaño, muchos de sus nombre suenan en ese ámbito), debe de volverse a la palabra por muchos abandonada porque era subversiva. Derrepente hablar como desesperados para no desesperarnos.Decir todo y decir nada.
Porque la ERP es permisiva.Está diseñada de esa manera.Es como la bolsa en la que Pedro Urdimales mete al diablo, para mientras negocia con él.
Romperla solamente es posible no pensando ni actuando en función de la pobreza, sino creando un nuevo concepto de riqueza, que comience por las personas y no por los bienes. Un sistema, que muchos consideran una locura en el siglo 21.
Hay que echar fuera a los demonios de la falsas verdades, hablando por hablar, y estar claro, que satanás, nunca echará fuera a satanás.
Que los pobres están pobres y cada vez más sumidos en la mier... No ha sido en vano la acción de los poderosos.
Pero para eso hay que enlodarse y bajar a la mier.., eso no se puede hacer desde la comodidad. No se puede ser místicos de la verdad juntando migas bajo el mantel de la mentira. O desde un ordenador.
En este narcopaísito la historia se torció hace mucho tiempo. Ahora se ha vuelto virtual, televisada...una historia descontada con altos costos para la naturaleza y para la gente.
Perdonen, si no soy especialita en el tema. Y hablo babosadas, opino y me uno a su opinión, que es inofensiva y barata. Mientras no sea propositiva y vaya únicamente a expensas de lo que propone el sistema.
Aunque no es una opinión, estar diciendo más de lo mismo, donde nadie levanta el velo de la verdad. Nadie denuncia ni hace acciones de incidencia.
En un país donde vivimos como poseídos por un hechizo, en que los ladrones parecen invisibles, y lo que es peor, criminales inocentes. La verdad aún no se desnuda, es como una put... virgen.
En un sentido, su discusión me gusta ,pero me cansa, parece llanto de plañideras, y el entierro sigue....y no sé si esto sólo es una escena más de la tragicomedia hondureña.
Y hoy que me he metido en esta escena,no sé si he venido a meterme dentro de una especie de suicidio colectivo con ustedes, para juntarme a un grupo que sé que no va a ninguna parte, pero que es simpático, que a nadie le preocupa,porque como en este país casi nadie lee, y quienes leemos somos los mismos de siempre, que no somos , ni seremos más que eso...digo esto porque mucho, ya días patinamos en la misma concha de plátano.
Hoy me he atrevido a escribirles porque alguien escribió haciendo un simil del tema con la pesca, y me gusta la idea de la pesca, sin olvidar que el lago de Yojoa es propiedad privada, propiedad minada, propiedad pútrida mucho peor que resto fecal... entonces hay que saber, pescadores de qué somos, y para qué pescamos.
Yo, respetuosamente les digo, quiero creer que su discusión es sincera, pero más me gustaría que llegara al nivel de la investigación y la incidencia, y si es sincera me uno a ella, sólo por la aventura de no estar en silencio, a menos que el silencio sea una poderosa fuerza mayor que la palabra, capaz de romper con esta gran pobreza moral que nos oprime. A menos que la palabra no sea sólo para pajear la lengua y hacer disparos mentales que a nadie asustan.
Les saludo y con gusto continuaré leyéndolos para ir descreyendo y poder creer.

Candelario Reyes G.
hibueras@hondutel.hn