02 noviembre 2006

La corrupción hondureña anda suelta

El embajador Ford está haciendo temblar a muchos hondureños con la privación de visas para entrar a USA. Pero es poco, demasiado poco. Los 1200 “azos” que vienen saqueando al país desde hace 50 años tienen otros paraísos --aun aquí-- para vivir como magnates. Si el embajador Ford quiere hacer algo bueno por Honduras, busque a los corruptos hasta con lupa, haga que sean juzgados sin parcialidades, desvíselos públicamente, obligue a que regresen al Estado los dineros robados al erario público. No es justo que el 70% de los 7.4 millones de hondureños vivan en la pobreza y de éstos el 20% malvivan en la miseria.

La columnista de La Prensa Gloria Leticia Pineda dice sobre la corrupción hondureña: “En Honduras la única medicina contra la corrupción es despojar de inmunidad a todos”. “Los corruptos nos están llevando a la ruina”. “Nadie quiere invertir en tierra de ladrones”. “Los gobiernos se sienten incompetentes y por eso nombra inútiles comisiones, sus miembros son la élite de la honestidad, todos ocupados, se reúnen cuando pueden” (LP, 30.07.02).

Cuando faltaban pocos meses para que entregar la banda presidencial Carlos Flores Facussé, una diputada de su mismo partido hizo declaraciones valientes que hacen pensar. Para no quitarle el peso que llevan, las copiamos literalmente del periódico El Heraldo:

“La diputada Orfilia Carranza de Mejía demandó el cierre de la Fiscalía de la Corrupción por considerar que no cumple ninguna función, dado que todos los corruptos de cuello blanco se pasean libremente por las calles. Como ciudadana --dijo la diputada del Partido liberal-- me siento decepcionada porque no he visto a nadie castigado por hechos de corrupción.

El pueblo conoce a la perfección quiénes son los corruptos, tanto ciudadanos normales como aquellos que tienen inmunidad y no se ha hecho absolutamente nada. En ese sentido, estimo que el pueblo hondureño se ahorrará la gran cantidad de recursos que se gastan en esa fiscalía.

El objetivo de nosotros es que se castigue a los corruptos, pero como no se hace porque siempre no hay pruebas, se vencen los plazos y no hemos visto el producto exacto de ese trabajo. La diputada Carranza insistió en que sólo con el pago de salarios habría un ahorro significativo para las arcas del Estado” (EH, 21.05.01).

En Honduras, desde hace unos 30 años para acá han surgido diversas entidades saqueadoras del erario público. El pueblo sencillo sabe perfectamente quiénes son, cuánto se han robado y dónde están. Con todo, las autoridades mantienen un sistema de leyes obsoletas y una inmunidad cosmética impenetrable para los de cuello blanco. Ello ha dado motivos para que Transparencia Internacional haya declarado a Honduras como el tercer país más corrupto de América. Esto golpeó fuertemente el primer día a las personas honestas, pero al día siguiente pareciera que no había pasado nada en la tierra de Morazán porque no se puso remedio alguno.

Todos los hondureños saben perfectamente quiénes son, cuánto se han robado y dónde están los 1200 “azos” del “Conadazo”, del “Pulpazo”, del “Corfinazo”, del “Lechazo”, del “Calazo”, del “Pasaportazo”, del “Chinazo”, de los “VI Juegazos”, de los “Financiazos”, del “Gasolinaza, “Furgonazo”, Fishsazo”. Todos viven en Honduras y nadie los juzga por complicidad de grandes personajes que viven como magnates, burlándose de los pobres y los miserables.

Los hechos de corrupción están dados descaradamente y todo el mundo sabe perfectamente quiénes son esas personas corruptas. Pero los entes controladores no actúan ni mueven un dedo para poner remedio a tanto mal. No se explica tanta apatía por parte de las autoridades. La gran mayoría de los hondureños están convencidos de que entre los grandes corruptores están los hijos y los padres, los nietos y los sobrinos, los primos y los ahijados, los compadres y los familiares, los del Partido Nacional y los del Partido Liberal. Esa es la razón -- sostiene el pueblo-- por la que ninguna autoridad actúa, ya que todos se cubren con la misma cobija.

En la columna “Apuntes” del periódico El Heraldo se lee jocosa pero decepcionantemente sobre los corruptos: “Por fin dijo algo de aplaudir doña Orfilia Carranza. Tiene razón la señora diputada. Mejor que cierren las fiscalías porque en una de ellas sólo se dedican a ´muñequear’ y en otras a hacer ´show´. La Fiscalía de la Corrupción no ha podido meter preso ni Al Capone” ni a ningún pez gordo de cuello blanco (EH, 21.05.01).

“El subsecretario de Finanzas, Danery Fúnez, manifestó el 6 de noviembre del año 2001 que el monto por evasión fiscal por parte del sector empresarial asciende a más de 10.000 millones de lempiras. Es enorme el número de empresarios que cobran el Impuesto Sobre las Ventas a los clientes, pero no entregan lo recaudado al Estado” (EH, 7.11.01).

Embajador Ford, la mayoría de los hondureños aplaude su actuación valiente. Rastree la historia de Honduras en los últimos 50 años. Obligue a que la justicia sea aplicada sin miramiento alguno y pareja para todos. Queremos salir de este atolladero. Auxilio, auxilio…

Antonio Martín

(amartin55@hotmail.com)