02 noviembre 2005

El mandato, y no el mandatario



Cada precandidato carga con su “pero”, por eso hay que concentrar la acción en el Mandato, reconocer que el proceso electoral arranca con muy malos augurios y que, absurdamente, Gobierno, partidos, candidatos y autoridades electorales son los males necesarios, pero imprescindibles del concurso en puerta…Rene Delgado

Mientras el Gobierno actual no haya como contener su hundimiento a la vista de todos los ciudadanos, los días transitan, se resbalan, se escurren frente a este espectáculo lamentable. Los precandidatos se burlan del electorado, unos más que otros, ya sea por falta de regulaciones de las precampañas y saturan a la ciudadanía con sus pleitos y ambiciones.

El Inflable Richard Gere como lo nombran muchos periodistas nuestros, sigue viajando, dizque consiguiendo más fondos para los hondureños pero más parece que consiguiendo nuevas relaciones para sus futuros negocios cuando termine con su periodo de Gobierno. Sin embargo, veo que hay muchos convencidos. Por ahí se escucha de un superministro que se cambiaría de partido si osaban limitar los viajes del Señor Presidente Maduro. ¡Que miedo!

No me quiero adornar con editoriales espectaculares traídos por corazonadas y resentimientos. En otras ocasiones mencionaba que era más bien un crítico que editorialista, cosa que me ha ido gustando, citando desde luego a verdaderos editorialistas y comentaristas de otros países, trasladando y aplicando sus ideas y grandilocuencia a nuestro País. Al cabo como dicen: “Copiar las ideas de alguien es plagio, copiar las de muchos es investigación”. Menciono lo anterior para expresarles la realidad de cómo veo a Honduras a través de sus noticias, y con mis criticas buscar la oportunidad de poder involucrarme de una forma más constructiva a imponer respeto en lo dicho pero, desde luego respetando lo que dicen otros.

Una suerte de resignación veo que invade a parte del electorado. Le piden, casi lo obligan a elegir cuando no hay donde escoger y por si fuera poco los organizadores de la elección parecen no muy interesados en tutelar el derecho a elegir para consolidar la democracia. Por lo tanto la acción ciudadana, entonces, debe de concentrase en trabajar sobre el MANDATO, no sobre el MANDATARIO, llámese (actual ó siguiente). “Si el margen de elección es reducido y cada candidato carga con su “pero”, habrá que concentrarse en el MANDATO. Verbigracia: el margen que existe actualmente entre los dos grandes partidos.

De cada precandidato se dicen cosas, adjetivos muy descriptivos de varios sabores y colores. Estos resultaron ser los favoritos de los partidos más no de los electores.- Del Presidente se dicen cosas no mejores. Creo que ya cansa traerlas al repertorio de malos manejos hechos durante cuatro años. El portavoz actual se regocija apretando botones y moviendo palancas del poder que desconocen, pero como se divierten.

Por eso Yo también pienso que hay que concentrar la acción en el MANDATO, reconocer que el proceso electoral arrancó con muy malos augurios y que, absurdamente, Gobierno, Partidos, Candidatos y Autoridades Electorales son los necesarios… imprescindibles del concurso en puerta. Dos iniciativas ciudadanas serían lo más correcto para amarrar a los mandatarios entrante y saliente pero que no calan. ¿Por qué? Por varias razones. Sean o no del mismo partido. Porque aún cuando plantean iniciativas abiertas y plurales tendientes a lograr acuerdos en asuntos de interés nacional, no logran renunciar a la tentación de anteponer e imponer su particular visión y proyecto de nación. En esa medida en lugar de incluir, excluyes. Y la otra: “Plantean el que hacer a partir de los grandes postulados, sin decir como concretarlos ó como realizarlos.

Curiosamente si se les restan adjetivos, se les agregan sustantivos para fijar objetivos concretos. Las convocatorias podrían ser complementarias y compatibles. Tanto una convocatoria para convocar una coalición ciudadana que animan sindicatos, organizaciones políticas como un acuerdo nacional, llamar a suscribir empresarios, medios de comunicación para entregarselas a quien resulte presidente.

Exige sacrificios, salir de la corrección política, donde todo resulta ser un baile de disfraces, en donde con la mano en la cintura se jura que se va a hacer exactamente lo contrario de lo que se postula y nadie denuncia el engaño. Si se quiere hacer algo bueno para la nación es preciso reconocer aquellas áreas y acciones en que no puede haber desunión y desacuerdo entre los hondureños.

El País nuevamente contra la pared. Cuando por fin se puede elegir, no tiene en donde escoger. Cuando al fin tiene un sistema electoral regular, sus representantes no tienen madurez. Cuando por fin tiene gobiernos que ganan el poder, en el ejercicio del poder pierden legitimidad. No hay mucho tiempo. El proceso ya casi finalizará y si en verdad se quiere acotar el gobierno saliente y asegurar el siguiente, es hora de trabajar con el mandato no sobre el mandatario.

No se puede ir a las urnas con un dejo de resignación. Una fiesta así es casi un sepelio. Ir así a las casillas es confundir la urna electoral con urna fúnebre.

Roberto Vallecillo Schaub
rvallecillo@intercable.net