Pensamientos deshilvanados, con un agradecimiento
A quienes no lo entienden, el tema aun no interesa. Yo escribo cuando se anuncia que ha sido “resuelta” la crisis, con una reforma a la ley de La Fiscalia que pudo hacerse el primer día! Los héroes solo tienen que estar dispuestos a actuar, cuando los demás están intimidados, paralizados por el desanimo o vencidos. Pero la disputa en la Fiscalia no es ya el problema. Ahora ya solo es un síntoma, una manifestación de un nuevo descontento ciudadano contra las disfunciones de la justicia. Años después de cobrar conciencia e incluso de denunciar el sistema, uno vive resignado a que tampoco va a poder hacer mayor cosa y a que, si quiere hacer algo, debe ser discreto y tiene que “entenderle al tramite”, porque “aquí así son las cosas”, como dice el señor del bucle y no conviene hacer olas.
Uno entiende con el tiempo también sin embargo que, todos somos victimas de ese sistema de omerta y corrupción porque, cuando no afectan inocentes, los encubrimientos la mayor parte de las veces son de delitos contra el interés publico, que es el de todos y cada uno, simbolizan la impunidad e intimidan, dañan a la economía y al desarrollo y generan pobreza. Y llega a entender que no hay una solución de continuidad.
No quiero satanizar ni proteger ni exaltar a nadie porque, sin hacer acepción de persona, respeto a todos y porque no es un asunto personal. Fui yo quien los bautizó como “capos”, consciente de que los jefes criminales de la política también tienen deudos y amigos que dan la vida por ellos y nietos con los que juegan en el jardín, enternecidos. Los he denunciado una y otra vez, pero de palabra, sin hacer nada. Los fiscales –hambreando- han conseguido que muchos más atiendan y simpaticen con el reclamo.
El reclamo es que valiéndose de un sistema supuestamente “democrático representativo”, que claramente no representa a la voluntad de la mayoría consciente aunque, por defecto de ciudadanía, ha recibido históricamente respaldo electoral, los grupos corporativos de interés factico que tienen secuestrados a los partidos y ponen y quitan autoridades y manipulan la opinión publica, se han apropiado de los mecanismos de poder, y protegiéndose entre si, han hecho una burla de las instituciones de la justicia amenazando incluso con usarla contra quien los reta.
¿Quién quiere vivir en ese infierno en que podría degenerar nuestro país, infierno de inseguridad jurídica personal, de crimen y corrupción social y no solo política? Tan escalofriante como esos paisajes del Bosco que efectivamente retratan el infierno con extravagancia de crueldad y fealdad. Así veo los periódicos.
Pero la literatura analítica no es más que un regodeo que busca profundizar y es por naturaleza propia filosófica y fría. Hace falta reflexión sistemática, en cuanto lo permita el formato, en torno a temas estratégicos. Pero además faltaba acción, para calentar el tema y para escenificarlo, para que la gente entendiera y se movilice, ojala sin caer en el exceso, en el histrionismo, en la vulgarización de un espectáculo mediático olvidado de la razón y la ley con que a ratos amenaza.
Desconfío de los fariseos y de los inquisidores. No se cuales fueron los móviles originales de los fiscales en “huelga”, para nada creo que el Presidente los utilice, aunque sin duda tiene un interés en el asunto y no fui a firmar el “libro de solidaridad”, porque soy tímido y me asusto con las payasadas de la gente rezando a gritos en publico con los ojos entornados, actuando como posesos, siendo yo seguidor del Nazareno, que enseñaba a rezar “en un cuarto oscuro en donde nadie mas escuche”. Pero estoy con su causa.
Hay distintas verdades oficiales que se acercan o alejan de la verdad objetiva. Pero los defectos y distorsiones de la justicia de este país no los puede ocultar nadie, surgen de leyes deficientes y terminan en juzgados con “encantadores de serpientes”, pero pasan por la fábrica de impunidad que son la policía corrupta y la fiscalia cautiva. Uno llega a sentirse mal, de flotar de puntillas en la mierda y ver de cerca tanta sinverguenzada, y que nadie hace nada y los que no son cómplices directos fingen demencia pretenden que no esta pasando nada. Curioso. Por primera vez, en un tema trascendente, el control de los medios no pudo prevalecer contra la movilización ciudadana. Esa fractura hay que agrandarla.
De modo que si me sorprende esta gente, porque ellos han estado dispuestos a actuar y, al final del día, a morir (estuvo en riesgo su salud y dentro de unas semanas mas se mueren) para exigir un cambio en el modus operandi del sistema, y esa locura inédita, de ofrecer sus vidas por nosotros y en un mundo de replays y cálculos mezquinos, obliga al agradecimiento, aunque sea corto.
Todos los héroes que yo conozco de cerca son imperfectos. Pero si no podemos identificar la contradicción principal estamos perdidos y yo puedo admirar a un compañero(a) o líder(eza), aun desde una perspectiva critica y discrepando de las formas. Y partiendo de de esa conciencia, tenemos que ser tolerantes si por fin vamos a convergir con eficacia en lo esencial. Los héroes solo tienen que estar dispuestos a actuar, cuando los demás están intimidados, paralizados por el desanimo o vencidos.
¿Podremos hacer la diferencia? Insuflados de conciencia y un mínimo de amor patrio. No lo sé; pero encuentro interesante que alguien tenga la ilusión y la esperanza de que podamos aliarnos y conseguir juntos lo que no iba nadie a obtener por si solo. Y la moraleja es que hay que confiar más para avanzar. No tenemos que estar de acuerdo en todo, pertenecer a un mismo partido o movimiento, ni a una sola secta o congregación de las que ahora se llaman a sí “iglesias”, no necesitamos ser de la misma raza o casta, ni tener idéntico nivel educativo o ideología. Lo importante es que estemos despiertos y entendamos que aquí hay problemas profundos concatenados entre si y no se van a resolver solos.
Han pasado cosas importantes. Se desarrollaron nuevas formas de comunicación. Yo voy a seguir hablando con quien quiera que se interese en transformar este país y voy a estar dispuesto a tolerar que este gordo o flaco, maquillado o demacrado, que sea rezador o escéptico. Cualquier otro opositor del sistema es mi aliado. Voy a tratar de convergir con la mayoría porque desde la minoría se puede hacer poco y se es demasiado vulnerable.
Los hondureños enfrentamos una coyuntura crítica. Una parte suficiente de nosotros entiende o suscribe al menos una visión alternativa (que sea exacta es otra cosa) a la que invocan las fuerzas más retardatarias del país, los custodios del canon y del talismán, los invitados del aquelarre y supremamente interesados en incrementar sus utilidades y preservar su control.
No hay retroceso. Combatamos las falsas verdades del sistema, su lógica silogística. Converjamos alrededor de los comunes denominadores y los anhelos compartidos. En el camino habrá tiempo para discutir otros sueños, antiguos y posmodernos. Hoy, bastara con reconocernos en el eslabón profundo de la solidaridad por la justicia. Los fiscales no saben todo lo que consiguieron.
Ilusos quienes creen que la crisis “termino”. Apenas asoma. Ni aquel que dijimos ni todos los hombres del Rey podrán juntar de nuevo los pedazos de Humpty Dumpty. Las cosas ya no van a poder ser nunca como eran. Y ahora, ¿Cómo van a hacer para esconder los resultados de las investigaciones que afectan a todos los poderosos de este país? ¿Como le van a hacer para esconder las manos peludas en las negociaciones para las nuevas elecciones?.
Yo voy a tratar de durar hasta más allá del 2030, tomando mis precauciones y vitaminas y ejercitándome. Pero quiero que estos garabatos sigan luchando después aun con las conciencias. Tengo esa visión de sobrevivir en la letra.
Rodolfo Pastor
Uno entiende con el tiempo también sin embargo que, todos somos victimas de ese sistema de omerta y corrupción porque, cuando no afectan inocentes, los encubrimientos la mayor parte de las veces son de delitos contra el interés publico, que es el de todos y cada uno, simbolizan la impunidad e intimidan, dañan a la economía y al desarrollo y generan pobreza. Y llega a entender que no hay una solución de continuidad.
No quiero satanizar ni proteger ni exaltar a nadie porque, sin hacer acepción de persona, respeto a todos y porque no es un asunto personal. Fui yo quien los bautizó como “capos”, consciente de que los jefes criminales de la política también tienen deudos y amigos que dan la vida por ellos y nietos con los que juegan en el jardín, enternecidos. Los he denunciado una y otra vez, pero de palabra, sin hacer nada. Los fiscales –hambreando- han conseguido que muchos más atiendan y simpaticen con el reclamo.
El reclamo es que valiéndose de un sistema supuestamente “democrático representativo”, que claramente no representa a la voluntad de la mayoría consciente aunque, por defecto de ciudadanía, ha recibido históricamente respaldo electoral, los grupos corporativos de interés factico que tienen secuestrados a los partidos y ponen y quitan autoridades y manipulan la opinión publica, se han apropiado de los mecanismos de poder, y protegiéndose entre si, han hecho una burla de las instituciones de la justicia amenazando incluso con usarla contra quien los reta.
¿Quién quiere vivir en ese infierno en que podría degenerar nuestro país, infierno de inseguridad jurídica personal, de crimen y corrupción social y no solo política? Tan escalofriante como esos paisajes del Bosco que efectivamente retratan el infierno con extravagancia de crueldad y fealdad. Así veo los periódicos.
Pero la literatura analítica no es más que un regodeo que busca profundizar y es por naturaleza propia filosófica y fría. Hace falta reflexión sistemática, en cuanto lo permita el formato, en torno a temas estratégicos. Pero además faltaba acción, para calentar el tema y para escenificarlo, para que la gente entendiera y se movilice, ojala sin caer en el exceso, en el histrionismo, en la vulgarización de un espectáculo mediático olvidado de la razón y la ley con que a ratos amenaza.
Desconfío de los fariseos y de los inquisidores. No se cuales fueron los móviles originales de los fiscales en “huelga”, para nada creo que el Presidente los utilice, aunque sin duda tiene un interés en el asunto y no fui a firmar el “libro de solidaridad”, porque soy tímido y me asusto con las payasadas de la gente rezando a gritos en publico con los ojos entornados, actuando como posesos, siendo yo seguidor del Nazareno, que enseñaba a rezar “en un cuarto oscuro en donde nadie mas escuche”. Pero estoy con su causa.
Hay distintas verdades oficiales que se acercan o alejan de la verdad objetiva. Pero los defectos y distorsiones de la justicia de este país no los puede ocultar nadie, surgen de leyes deficientes y terminan en juzgados con “encantadores de serpientes”, pero pasan por la fábrica de impunidad que son la policía corrupta y la fiscalia cautiva. Uno llega a sentirse mal, de flotar de puntillas en la mierda y ver de cerca tanta sinverguenzada, y que nadie hace nada y los que no son cómplices directos fingen demencia pretenden que no esta pasando nada. Curioso. Por primera vez, en un tema trascendente, el control de los medios no pudo prevalecer contra la movilización ciudadana. Esa fractura hay que agrandarla.
De modo que si me sorprende esta gente, porque ellos han estado dispuestos a actuar y, al final del día, a morir (estuvo en riesgo su salud y dentro de unas semanas mas se mueren) para exigir un cambio en el modus operandi del sistema, y esa locura inédita, de ofrecer sus vidas por nosotros y en un mundo de replays y cálculos mezquinos, obliga al agradecimiento, aunque sea corto.
Todos los héroes que yo conozco de cerca son imperfectos. Pero si no podemos identificar la contradicción principal estamos perdidos y yo puedo admirar a un compañero(a) o líder(eza), aun desde una perspectiva critica y discrepando de las formas. Y partiendo de de esa conciencia, tenemos que ser tolerantes si por fin vamos a convergir con eficacia en lo esencial. Los héroes solo tienen que estar dispuestos a actuar, cuando los demás están intimidados, paralizados por el desanimo o vencidos.
¿Podremos hacer la diferencia? Insuflados de conciencia y un mínimo de amor patrio. No lo sé; pero encuentro interesante que alguien tenga la ilusión y la esperanza de que podamos aliarnos y conseguir juntos lo que no iba nadie a obtener por si solo. Y la moraleja es que hay que confiar más para avanzar. No tenemos que estar de acuerdo en todo, pertenecer a un mismo partido o movimiento, ni a una sola secta o congregación de las que ahora se llaman a sí “iglesias”, no necesitamos ser de la misma raza o casta, ni tener idéntico nivel educativo o ideología. Lo importante es que estemos despiertos y entendamos que aquí hay problemas profundos concatenados entre si y no se van a resolver solos.
Han pasado cosas importantes. Se desarrollaron nuevas formas de comunicación. Yo voy a seguir hablando con quien quiera que se interese en transformar este país y voy a estar dispuesto a tolerar que este gordo o flaco, maquillado o demacrado, que sea rezador o escéptico. Cualquier otro opositor del sistema es mi aliado. Voy a tratar de convergir con la mayoría porque desde la minoría se puede hacer poco y se es demasiado vulnerable.
Los hondureños enfrentamos una coyuntura crítica. Una parte suficiente de nosotros entiende o suscribe al menos una visión alternativa (que sea exacta es otra cosa) a la que invocan las fuerzas más retardatarias del país, los custodios del canon y del talismán, los invitados del aquelarre y supremamente interesados en incrementar sus utilidades y preservar su control.
No hay retroceso. Combatamos las falsas verdades del sistema, su lógica silogística. Converjamos alrededor de los comunes denominadores y los anhelos compartidos. En el camino habrá tiempo para discutir otros sueños, antiguos y posmodernos. Hoy, bastara con reconocernos en el eslabón profundo de la solidaridad por la justicia. Los fiscales no saben todo lo que consiguieron.
Ilusos quienes creen que la crisis “termino”. Apenas asoma. Ni aquel que dijimos ni todos los hombres del Rey podrán juntar de nuevo los pedazos de Humpty Dumpty. Las cosas ya no van a poder ser nunca como eran. Y ahora, ¿Cómo van a hacer para esconder los resultados de las investigaciones que afectan a todos los poderosos de este país? ¿Como le van a hacer para esconder las manos peludas en las negociaciones para las nuevas elecciones?.
Yo voy a tratar de durar hasta más allá del 2030, tomando mis precauciones y vitaminas y ejercitándome. Pero quiero que estos garabatos sigan luchando después aun con las conciencias. Tengo esa visión de sobrevivir en la letra.
Rodolfo Pastor
Etiquetas: corrupción, fiscalía, Rodolfo Pastor
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