14 agosto 2006

Aníbal y el terrorismo: un testimonio histórico obligado


Tengo la mejor de las relaciones con el Sr. Embajador de EE.UU., Charles Ford, quien ha favorecido a las instituciones con las que trabajo. Él sabe que discrepo públicamente con alguna de las políticas de EE.UU. y alguna vez me ha recordado, al respecto, que no solo entre los ciudadanos estadounidenses, sino también entre los funcionarios de ese país, se producen a diario debates continuados sobre esas políticas y las formas de implementarlas. También, a estas alturas, sabe que tengo un profundo cariño por la cultura y por los valores de civilización que todavía representa ese país. Estados Unidos tiene el derecho y su gobierno el deber, de proteger a sus ciudadanos y prevenir el terrorismo. Es mas, como aliados, estamos en la obligación de cooperar con las metas estratégicas de EE.UU. y aun de escuchar su opinión sobre la manera en que manejamos nuestros asuntos, tanto como tenemos la libertad de comentar su política. Por otro lado, comparto con Aníbal Delgado la convicción de que todo estado tiene la facultad de determinar a quien le da una bienvenida y a quien le veda la entrada. Cuando estudiaba allá, proteste alguna vez la recepción honorífica que, con honores del ROTC se le hizo al Dictador Somoza en mi alma mater. Mi pancarta lo acusaba de asesino.

Comparto asimismo con el Embajador Ford y con el gobierno de Estados Unidos una preocupación por el tema de la corrupción y por la forma en que, mas que a la economía, porque en eso hay ambigüedad, la corrupción afecta a las instituciones estratégicas para el desarrollo. Le acabo de regalar al Mr. Ford un ejemplar casi nuevo del libro de Montaner, "Con Los Ojos Vendados", que documenta y desnuda la forma en que las corporaciones estadounidenses y sus burocracias han inducido y encubierto su corrupción entre nosotros. Cosa terrible. (Recientemente personeros de una petrolera colaboraron en ese escándalo que se llamó El Gasolinazo, del cual el Fiscal no encuentra pista). Por eso, frente al G-16 que preside el Embajador Ford, he propuesto que colaboremos en la lucha contra ese flagelo, intercambiando información. Porque se trata de un fenómeno complejo. Y por aquello de la cultura de la sospecha y del chisme sectario, las peores manipulaciones se escudan con el combate a la corrupción y los corruptos acusan a quienes los combaten, con imputaciones falsas, maniobras, "chivatazos" y malos informes confeccionados.

Sin embargo, la nuestra es una sociedad pequeña; casi todos nos conocemos y sabemos que patrimonio tenemos y, cuando aparece súbitamente una fortuna, sabemos quien esta robando, contrabandeando, lavando dinero o traficando influencias. También sabemos quien es honesto, vive ajustado a sus medios y practica, en sus tratos diarios, pulcra honestidad, en vez de solo predicarla del diente al labio. Y aunque vilipendiado también por quienes quisieron achacarle la quizás culposa negligencia de sus abogados del INA, Aníbal Delgado Fiallos es un hombre honesto, de esos rarísimos que no encontraba Diógenes, cuando los buscaba con una lámpara encendida, al mediodía. También sabemos que es un hombre de paz, ciudadano comprometido con la institucionalidad, un político que, con su actuación responsable y sensitiva y discurso a favor de la justicia, ha contribuido a forjar la paz social de este país y el respeto al orden publico.

Sin embargo a Aníbal le comunicaron oficialmente el jueves en el Consulado que le retiraban la visa porque había un informe que lo involucraba en actividades terroristas hace 18 años: es decir en 1987. Aunque cien amigos de los EE.UU. y de Aníbal Delgado demos testimonio a su favor, el Departamento de Estado no rectificará. Son rarismos los casos en que las burocracias reconocen sus errores. ¿Sentirán que hacerlo supone una confesión que obliga al escrutinio y a la deducción de responsabilidades? Por hoy, preocupa que se pueda llegar a semejante extremo. Porque eso significa que la información con que sé esta trabajando en "la lucha contra el terrorismo" es de mala calidad y, como dice un dicho gringo que a menudo cito, a propósito del procesamiento de la información, "garbage in, garbage out". Podría tratarse de algo peor que incapacidad. Esta decisión podría estar expresando una virulenta paranoia con la cual -aparte de los millones de enemigos que ya tiene EE.UU.- derivados de las guerras del petróleo y en defensa de la democracia en Irak- los insatisfechos funcionarios que escarban los archivos se están fabricando nuevos "enemigos" imaginarios alrededor del globo, de manera kafkaiana. El ex Director del CURN, ex tesorero de la comuna, ex ministro, ex premio Nacional de Historia, Cronista Nacional. ¿Una amenaza? Lo privado es privado. Aníbal ha sido un hombre publico.

Sé que, en la dictadura militar, que de manera solapada se prolongó hasta la administración Callejas, Aníbal formó un movimiento de resistencia civil pacifica y ese era el deber entonces de un líder democrático. Aun sé que, en aquellos remotos tiempos, pecado de juventud, defendía los derechos del pueblo con tomas momentáneas de carreteras y calles y, es posible, que en algún momento se hubiera visto tentado por la izquierda radical, frente al terrible escenario de aquella CIA. que traficaba drogas para comprar armas en Irán, para una guerra ilegal y supuestamente "secreta" contra el torpe sandinismo, uno de los momentos más terribles de nuestra historia, que nos introdujo al trafico de armas y de cocaína, al lavado de dólares, al secuestro de dos centenares de desaparecidos y a las ejecuciones, época de tortura y de ocupación ilegal, de violación sistemática de los derechos humanos y corrupción. De actuaciones impunes de Gustavo Álvarez, el fundador del 3-16 y tío de otro "favorito" de la Embajada, Oscar Álvarez, a quien dicen que mantenemos...

Hoy día, Aníbal Delgado es un veterano del Consejo y de la tribu, amigo de casi todos los lideres populares y del Partido y de los otros partidos, con excepciones honorables. Un hombre civil, enamorado de Cabañas y de Rosa que, por su larga trayectoria, ya camina "como perdonando el viento" dice una canción y que merece todo nuestro respeto. Va a ser difícil que la Embajada nos convenza de que representa un peligro o una amenaza. Nunca ha andado escondido y lo único que ha reclamado es aquella lastimada teoría de la soberanía y la autodeterminación que enarbolaban los fundadores en Filadelfia y que todavía tiene los últimos indómitos adeptos. Lastima, para EE.UU., que se va a perder de un huésped tan distinguido y querido por los hondureños.

Rodolfo Pastor Fasquelle