14 enero 2010

Demagogia

Cuando leo noticias como esta me doy cuenta de la tremenda manipulación que existe en los medios de comunicación con el objetivo de lavar la mente de los ciudadanos.

Entiéndase bien que no defiendo la discriminación en NINGÚN SITIO y por ello me hace reír cuando alguien acusa a otros de lo que él mismo hace.

Nunca falla lo de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio; la pregunta del millón es ... ¿qué hacen en Honduras con los indocumentados?

Publicado en La Prensa el 14/1/2010


SUBE Jenny Aguilar, Inmigrante hondureña
Su amor de madre la obliga a una huelga de hambre para solicitar que cesen las redadas de indocumentados en EUA.

02 diciembre 2009

Elecciones en Macondo: “Se arruinó la maquinita”

*Roberto Quesada

“Lo que ha ocurrido en Honduras es una vergüenza, un hecho bochornoso, como lo que ha ocurrido con (Barack) Obama y las expectativas que había despertado y que ya han sido defraudadas, pero no me sorprende porque Estados Unidos es un país entrenado para fabricar dictaduras militares”. —Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América latina.

Mientras esto escribo el Congreso Nacional de Honduras está reunido para tratar de revertir todo el daño que este Congreso ha hecho al pueblo hondureño desde aquel 28 de junio en que se realizó el golpe de Estado-Militar. Conociendo hasta el cansancio las tácticas dilatorias que emplea el régimen golpista pues no es de extrañar que esto vaya para largo.

Pero, sin duda, esta es una gran oportunidad para ir buscando esa reconciliación nacional, y para que el congreso se autocritique y recuerde que deberían de estar allí para proteger al pueblo, no para pisotearlo como se ha demostrado desde el golpe de Estado-Militar.

Ante la casi ausencia del Partido Liberal en las urnas, era obvio que el Partido Nacional triunfaría con diferencia abismal antes sus adversarios. Lo extraño de todo esto es que el Artículo 3 de la Constitución de la República, dice: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. el pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional.”

La tormenta fraudulenta no es novedad, se veía venir, o más bien –o más mal—siempre lo fue por realizarse elecciones en condiciones tan arbitrarias como bajo la bota de un golpe de Estado-Militar. El espectáculo era otro, ver y constatar cómo se haría. La maquinaria de la prensa conocida como ‘prensa golpista’ en Honduras no durmió noche y día gritando a voz en cuello, casi un lamento de S.O.S. : Hondureños todos y todas a votar. Ese grito no encontró eco en los oídos deliberadamente sordos.

El TSE (el Tribunal Supremo de Elecciones) presumió e incluso hizo pruebas con unos tales celulares desde donde dirían un número de votantes que rebotaría en la cabina central del Tribunal y allí dijeron que ni los mismísimos estadounidenses tendrían una tecnología electoral tan precisa, inmaculada y “tramparente” balbuceó un ñajo en nombre del Tribunal. Y que después de dos horas de cerradas las votaciones el mundo entero, con extraterrestres incluidos, sabrían los resultados de las elecciones más claras de la historia de la humanidad. No obstante, tardaron más de cinco horas para cuadrar números, a todo esto los visitaban militares constantemente, entre ellos tres coroneles, al lugar donde su supone que solo deberían estar los TSE.

El escenario visto por la prensa nacional e internacional en las calles y lugares de votación era inevitablemente verde, pero no ecológico. Verde olivo, militar: tanquetas, ametralladoras de alto calibre, militares y policías desplazándose de un sitio a otro y superando en gran número a los votantes.

Aun cuando el gobierno de facto encabezado por Micheletti y Vásquez Velásquez en Honduras obligaron a los empleados que trabajan para la Administración Pública a salir a votar, no era suficiente para los astronómicos resultados. Al mediodía monitoreos desde toda Honduras anunciaban la escasa participación. En mi monitoreo personal desde Tegucigalpa, San pedro Sula, La Ceiba, Santa Bárbara, Olancho, Olanchito, Choluteca y de tantos lugares más, tuve información fidedigna de la ausencia de votantes en las mesas electorales.

De esa misma forma constatamos que los votantes en Nueva York llegaron a 500, en Los Ángeles, Miami, y otras de las ciudades en donde habitan hondureños hubo mínima o ninguna votación. De allí que no se pueden sumar al fraude un millón y fracción de hondureños que habitan en los Estados Unidos.

Las fotos y videos que recibíamos nos transmitían de inmediato a la Comala, de Pedro Páramo, del mexicano Juan Rulfo: pueblos desolados, fantasmales. Sería bueno exigirle al TSE y a la ‘prensa golpista’ esas tomas multitudinarias (que no sean montaje) pues al parecer los votantes fueron extraídos de la ficción por su invisibilidad.

Aun con todo me sorprendió una casi sonriente Patricia Janiot de CNN anunciando, a temprana hora, a cuan ancha tiene la boca, que en Honduras había salido a votar un 70 por ciento de la población en santa paz, pero a la vez yo escuchaba la transmisión en vivo desde San Pedro Sula (segunda ciudad hondureña en importancia) transmitiendo la tremenda represión a una multitudinaria marcha: tanquetas, fusiles, gases lacrimógenos, toletazos… todo transmitido por el mismo director de Radio Uno, Arnulfo Aguilar, quien mientras cumplía con su deber periodístico corría junto a la gente a resguardarse. Mucha gente me ha llamado y escrito quejándose de esta actitud de Janiot, pero les explico que ella no tiene la culpa, es solo una empleada y su deber es cumplir con el guión que le asignen. Por tanto no hay que juzgarla ni esperar nada de ella y otras y otros que son “leedores” de cadenas. Así es ese trabajo sino es ella es otra y si no cumple la expulsan de los Palacios.

Cuando se cerraron las urnas y supuestamente el Tribunal Supremo de Elecciones recibía los datos vía celular, se dio tremendo apagón en Olancho, el departamento de Honduras. Y a través de las emisoras Uno, Globo, Progreso (el Canal 36, Cholusat Sur estuvo censurado antes y durante las elecciones) la gente denunció que era parte del fraude.
Después hubo que esperar y como diría Joaquín Sabina: “y nos dieron las ocho y las nueve y las diez y las once…”.
Y finalmente aparecieron los del TSE y la excusa, sin precedentes, que dio el presidente de este Tribunal :“Tuvimos un problema técnico, es que se arruinó un link”. Y acto seguido le pasó la palabra a un técnico para que explicara el por qué de las elecciones, por qué la demora y por qué no se habían podido digitar los resultados (juro que no es invento de novelista, allí están las grabaciones).

Pero, por si fuera poco, Saúl Escobar, presidente del TSE, dijo que era un problema técnico, horas antes el embajador Hugo Llorens había dicho cosa parecida, abordado por un periodista de Radio Globo en un centro de votación dijo que no andaba observando sino acompañando a gente de su seguridad que le tocaba votar allí (qué magnánimo el embajador!). Ante una pregunta del periodista, respondió: “las elecciones son un tema técnico y los resultados estadísticos lo dirán." ¿Coincidencia o es que así de técnicamente natural es la vida en Macondo, digo, Honduras?

Otras de las tantas rarezas de estas elecciones es que el Tribunal Supremo de Elecciones contrató a la firma Hagamos Democracia para el conteo de votos, y contratista y contratado entraron en contradicción. Mientras la firma dijo que era un 47 por ciento de participación, el TSE hablaba de un 61 por ciento.

También a boca de urna se sabía que el candidato del Partido Nacional, Porfirio Lobo Sosa, arrasaba por encima de un 30 por ciento con su principal contendiente; ya sacadas las cuentas, la diferencia fue mucho menor. En un análisis Radio Globo arguye que se trató de un pacto entre Lobo y los derrotados, exigido por los Estados Unidos para que se mantuviera el bipartidismo.

Sin duda, por lo que consta, se vio, escuchó, por ejemplo, que se acabó la tinta pero no se acabaron los votos.
De todas maneras los hondureños hemos sido obligados a hablar de este tema, pues realmente el que nos concierne es el que se pretende dejar en el olvido ya sea con un triunfo de la selección o de una elección, de que aun estamos bajo el golpe de Estado-Militar, que seguimos sumergidos en una dictadura, que los represores están allí acechando al pueblo y que en realidad las elecciones nunca debieron darse sin antes haber revertido el golpe de Estado-Militar y restituido al actual presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya Rosales. Único escenario propicio para conversar sobre una auténtica conciliación nacional.

Mr. Obama: bienvenido a América Latina. Presidentes latinoamericanos, de quedar esto así se reafirma sin la menor duda de que retornan los golpes de Estado-Militar con efecto dominó reiniciados ya en la macondiana tierra catracha.

El pueblo hondureño ya había derrotado la dictadura por nocau, pero vino Washington a darle oxígeno durante el conteo en boca de Thomas Shannon y a través de CNN y desde entonces comenzó a cumplirse la profecía de Barack Obama en Trinidad y Tobago: “una nueva era de relaciones con América Latina”.

* Roberto Quesada es escritor y diplomático hondureño.

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11 agosto 2009

Honduras: el golpe de la otra mara (La 14 de Raviber sobre el golpe)

Roberto Quesada (*)

“Yo soy el primero en rechazar el golpe de Estado”—Cardenal Oscar A. Rodríguez M., hondureño (La Vanguardia, España).

Nota para los lectores fuera de Honduras: Como con el golpe de Estado pasa de todo, cosas increíbles, el personaje de este artículo Ramón Villena Bermúdez y su hermano Mauricio, son hijos de un presidente hondureño derrocado con un golpe de Estado en 1963, y ahora sus hijos son voceros y defensores acérrimos del golpe de Estado perpetrado contra el presidente Manuel Zelaya. Ahí les va mi respuesta a don Ramón quien trata de convencernos a los hondureños con la 14 de que el golpe de Estado no fue golpe de Estado.

He leído en La Tribuna (8 Agosto, 2009), el artículo titulado: “Catorce diferencias”, de Ramón Villeda Bermúdez (Raviber), intentando, desesperadamente pero sin éxito, convencernos de que el golpe de Estado no fue golpe sino otra cosa “lo sucedido” en Honduras. No quisiera perder tiempo desglosando las 14 razones, porque caen por su propio peso y piso.
No obstante, escribo sobre el tema porque el país que nos caricaturiza en sus 14 no es Honduras, el que tiene por capital a Tegucigalpa (Tegucigolpe) sino otro que los hondureños no conocemos.

En su primera razón dice: “En Honduras los militares no tomaron el poder”. Pregunto: ¿Y qué o quién es esa sombra que anda detrás Micheletti, es un clon o un hermano gemelo de Romeo Vásquez Velásquez?

La segunda: “Todas las leyes continúan aplicándose”. Ustedes no están en facultad de aplicar o no ninguna ley, relea la Constitución de la República: “ARTICULO 3.- Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional.”

Su tercera razón: “Los tres poderes del Estado actúan con total independencia”. Esta ni la contesto, se aplica la misma respuesta que la anterior: El Artículo 3 de la Constitución de la República.

Novena: Habla de que habrá elecciones en noviembre, ¿de quiénes y para qué si la comunidad internacional desconoce elecciones realizadas en gobierno de facto, golpista?
Razón diez: “Se respetan los derechos humanos de todas las personas y las manifestaciones pacíficas. Ha habido incluso sobrada paciencia con los individuos”. Apenas el viernes siete, una Comisión Internacional de Derechos Humanos presentó ante la ONU y la OEA, casos y casos de la violación de estos derechos por parte del gobierno de facto. Aquí usted deja entrever que está en desacuerdo con la “poca” fuerza bruta que se ha aplicado contra el pueblo y que si de usted dependiera no tendría esa “sobrada paciencia”. ¿El nombre: Isis Obed Murillo le dice algo? Fue el muchacho de 18 años, desarmado, asesinado por las Fuerzas Armadas en el aeropuerto Toncontín. En este momento su padre está preso por haber denunciado el crimen.

Su décima primera razón: “El orden se mantiene”. Aquí sí se equivocó en el artículo, no es El, es La. La orden se mantiene: Disparar, garrotear, torturar, intimidar, aterrorizar, violar, amenazar, amordazar, mentir, perseguir, chantajear, dar pescozones a autoridades y lanzarlas al suelo (como el caso de la Rectora de la Universidad Autónoma de Honduras, Julieta Castellanos). Sí, allí sí estoy de acuerdo con usted: La orden se mantiene. Ah, y no olvidemos el toque de queda luego convertido en estado de sitio ¡Qué paz, tanta paz que simula la paz de los cementerios!

Y en la 14 (una menos que la 13 y cuatro más que la 18, pero ligadas al fin): Usted desconcierta al decir: “Se respeta el derecho a la libre expresión del pensamiento, aunque algunos individuos lo utilicen para confundir, mentir, denigrar y difamar.”
Confieso algo, fíjese que mientras iba a responderle al climax de su punto 14 me ha dado un ataque de risa, es verdad, tomaré una pausa para luego regresar a escribir (…) Ya regresé: ¡Sr. Villeda Bermúdez! El mundo entero sabe de la flagrante violación a la libertad de expresión, a la libertad de prensa que se ha dado y se continúa dando en Honduras. Inmediatamente después de que encañonaron, amarraron, empujaron, secuestraron y desterraron al Presidente Constitucional de la República, Manuel Zelaya Rosales, aquel 28 de junio, fueron selectivamente a las casas de los periodistas Esdras Amado López y Eduardo Maldonado, a la de su colega caricaturista Allan McDonald y su hijita (la niñita también fue detenida), y así de muchos más a arrestarlos. Militarizaron el Canal 36 y otras emisoras. El pueblo espantó a los militares cuando intentaron tomarse Radio Progreso (a propósito, mientras escribo esto Radio Progreso ‘www.radioprogresohn.com’ tiene censurada su señal de Internet hacia los Estados Unidos, quizá quieran censurar Notinada en el país que no pasa nada, mismo que refleja en su artículo). Apenas esta semana que recién concluye Radio Globo ( www.radioglobohonduras.com) recibió una carta, de parte de los militares, en complicidad con CONATEL, que le quitarían la señal y la cerrarían, por supuesto tratando de intimidar a sus periodistas, especialmente a Alejandro Villatoro y David Romero. No menos amenazas ha tenido Canal 36 ( www.cholusatsur.com) y su director Esdras Amado López. También han ultrajado a periodistas extranjeros. Le propinaron salvaje paliza al fotógrafo de Tiempo (www.tiempo.hn) Héctor Clara Cruz (y ya antes Canal 11 y Diario Tiempo sufrieron atentados e intimidación). En fin, tantos casos más, entre ellos la muerte de periodistas y maestros. Entonces don Ramón, dígame, ¿de qué país nos está hablando? De Honduras y el gobierno de facto no es, no, claro que es de otro, incluso es posible que este país del que nos habla esté hasta en otro continente. ¿O planeta?

Don Ramón: Sin afán de polemizar, me gustaría que enumerara con nombre los países a los que se refiere, que dice que han suavizado su lenguaje e insinúa que ya no le llaman golpe de Estado al golpe de Estado.

Fíjese que en estas fechas he estado (con ‘e’ minúscula) de viaje, precisamente exponiendo la realidad real sobre el golpe de Estado. Y no hay país de los visitados en que no se diga y maldiga al golpe de Estado en Honduras. Entiendo, y es hasta comprensible, que usted y su hermano Mauricio tengan un grave conflicto de conciencia, por ello se ven obligados a recurrir hasta lo ridículo para querernos convencer de que el golpe de Estado no fue golpe de Estado. Con ello justificarían la traición que ustedes han hecho a su padre, el honorable presidente Ramón Villeda Morales. No traten de engañarnos para resolver sus problemas personales de oscuridad de conciencia, estos se resuelven con ayuda espiritual o profesional de otra índole, pero no tratando de defender lo indefendible a costa de tratar de engañar a un pueblo y empujarlo al precipicio. Claro que lo sucedido al presidente Zelaya, tanto como a su padre, es un indiscutible golpe de Estado. Incluso, en entrevista a La Vanguardia de España, que tuvo a bien reproducir Tiempo, el cardenal Oscar Andrés Rodríguez M., dice: “Yo soy el primero en rechazar el golpe de Estado”. ¿Acaso con ello el prelado no reconoce que sí fue golpe de Estado? No lo contradiga, que usted es hombre de fe.

Hacia el final del artículo no se sabe si don Ramón reconoce o denuncia a la 14 (más parece un graffiti), cuando escribe, aclaro al lector/a, los paréntesis son míos: “Siempre en número de catorce, están los sectores que respaldan las actuaciones del actual gobierno (de facto, golpista). Nueve son parte de la organización del Estado (golpista); a ésos se suman el Colegio de Abogados (no todos, ¿dónde deja a El Frente de Abogados contra el Golpe de Estado en Honduras? ), la Comisión Nacional Anticorrupción (misma que está repartiendo a diestra y siniestra el billete del pueblo) , el Comisionado de los Derechos Humanos (expulsado de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y castigado con la revocación de la visa estadounidense) , los cuatro partidos más grandes (falso, en Honduras, hasta ahora, solo existen dos partidos grandes), la iglesia católica (es decir el cardenal Rodríguez M.) y la protestante (entiéndase Evelio Reyes), el Consejo Hondureño de la Libre Empresa (esto quiere decir los empresarios, no todos, existen empresarios como Don Jaime Rolando Rosenthal Oliva), la Asociación Nacional de Industriales (¿Toditos los industriales? Nike y Adidas se manifestaron en contra del golpe de Estado enviando carta al Departamento de Estado de los Estados Unidos)…”

Lo peor que le puede suceder a un columnista o a alguien que pretenda ser escritor, es no respaldarse en la verdad (esto me recuerda la falsa carta de renuncia adjudicada al presidente Zelaya que leyeron en el Congreso). Usted sabe muy bien que no tiene ningún nombre, de país o de personalidades, que legitimen sus palabras. La verdad es que el mundo entero, la ONU y la OEA, han condenado y continúan condenado el golpe de Estado. Y cada vez se condenan ustedes mismos mucho más con declaraciones como la del obispo Darwin Andino, que desestima las muertes que ha habido en Honduras a manos de las Fuerzas Armadas (quienes después de más de dos décadas de lucha por mejorar su imagen, cosa que habían logrado, han dado un salto atrás ganándose la condena y el menosprecio del pueblo y del mundo), aduciendo que en China en una semana hubo 300 muertos y en Nigeria 200, así que en Honduras son poquitos, insignificantes. Y esto está grabado, para que no quede duda, tal como sucedió con el escrito de Juan Ramón Martínez: “Villeda Morales se revuelca en su tumba”, que luego él sale a decir que no fue él y usted a respaldarlo. Si uno busca este artículo en Internet verá que está publicado en varios lugares y el estilo es, sin la menor duda, del que ahora dice que no lo escribió.

Esto demuestra que entre ustedes la deslealtad es natural, casi un requisito, un vicio. Esto mismo le está sucediendo a Romeo Vásquez Velásquez, a quien ya empiezan a echarle a él solito todos los muertos y el golpe de Estado.

No olvide que cada día que pasa sosteniéndose este golpe de Estado, el país entero es el que está perdiendo. Si tan patriota es usted y sus colegas, porque la palabra “patriotismo” la han utilizado para justificar el golpe, desistan ya de este delirio que nadie apoya en el mundo. Háganlo no por partidos políticos ni por persona alguna ni por intereses personales sino por la Patria.


(*) Roberto Quesada: Premio Periodístico ‘Jacobo Cárcamo 2009’ Honduras, e “Hijo Predilecto de La Ceiba, Honduras, 2009” Escritor y diplomático hondureño, autor de varios libros, entre los que destacan El desertor (1985), Big Banana (Seix Barral), Nunca entres por Miami (Mondadori) Los barcos (Baktún), La novela del milenio pasado (Tropismos, Salamanca), y es Consejero de la Misión de Honduras ante las Naciones Unidas, del gobierno Constitucional del Presidente Manuel Zelaya Rosales.

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27 julio 2009

Zelaya: Siempre imprudente

Benjamín Santos

Benjamín Santos

Tradicionalmente se ha considerado que la principal cualidad de un político es la prudencia. Prudente es sinónimo de cauto, cuidadoso, previsor. Significa tener los pies sobre la tierra. Saber lo que se puede y no se puede, lo que se debe y no se debe hacer, lo que es posible y lo que no lo es. En ese sentido se ha definido desde Aristóteles la política como el arte de lo posible, que algunos han mejorado como el arte de hacer posible lo imposible.

Zelaya en su vida pública ha sido siempre imprudente. Desde montar en un caballo al presidente de China Taiwan en la última visita de Estado hasta improvisarse buzo en el mar Caribe supuestamente para atraer el turismo. Desde volar en el F-5 sólo para demostrar su valor olanchano hasta impulsar contra viento y marea el proyecto de la Asamblea Nacional Constituyente que lo condujo al fracaso. Desde introducir extemporáneamente un esquema de lucha de clases para confrontar a los hondureños en ricos y pobres, revolucionarios y conservadores hasta autorizar a la comisión que lo representaba en Costa Rica a dar por fracasado el diálogo sólo para viabilizar un ingreso forzado al territorio nacional buscando convertirse en víctima y recuperar protagonismo.

Ser prudente no es ser cobarde, aunque la cobardía puede disfrazarse de prudencia. El cobarde no corre ningún riesgo por miedo. El prudente asume riesgos en forma calculada. Si el fracaso y el éxito se encuentran en la misma línea de posibilidades, prefiere aplazar el segundo antes de caer en el primero. En el caso del líder el cálculo tiene que tomarse con mayor esmero, porque no sólo compromete su vida personal sino también la vida, la familia y los bienes de sus seguidores.

¿Cuántos y cuántas veces le advertimos a Zelaya que iba por camino equivocado, que Honduras no es Venezuela, que los cabezas calientes, políticos imberbes, que lo rodeaban, lo iban a llevar al fracaso? Lo hacíamos por su bien y sobre todo por el bien de Honduras. Personalmente y sólo por vía de ejemplo escribí artículos como Del Alba al ocaso, No a la cuarta urna, El itinerario de la cuarta urna, ¿Qué le pasó, señor Presidente? y otros en los cuales sin ser adivino advertimos lo que podía pasar y pasó con las consecuencias que estamos viviendo. Sólo ganamos que nos echaran en el mismo costal de los conservadores, pitiyanquis y miembro de los grupos fácticos de poder.

Ahora nos encontramos con la más grande de las imprudencias del ex presidente. Al momento de escribir este comentario ha salido de Managua acompañado del canciller de Venezuela a la cabeza de una caravana de 30 vehículos. Antes dio una conferencia de prensa acompañado del Comandante Cero que suponemos ahora es cero comandante, porque cuando tomó con un grupo guerrillero el palacio legislativo de Managua, acción que lo encumbró a la fama, era un muchacho, pero de eso hace más de 30 años.

Con su acción Zelaya quizá esté inspirado en la acción del Dr. Policarpo Bonilla quien en la última década del siglo 19 recién fundado el Partido Liberal y con el apoyo del presidente de Nicaragua José Santos Zelaya entró al territorio hondureño provocando la guerra civil que lo condujo después al poder. El único problema es que la situación de fines del siglo 19 no se parece a la situación de principios del siglo 21, Bonilla era líder del Partido Liberal y Zelaya renunció a su liberalismo para afiliarse a la izquierda populista, el liderazgo de Bonilla estaba fresco e inmaculado, Honduras tenía medio millón de habitantes dispersos en todo el país mientras ahora somos siete millones y medio agrupados en su mayoría en centros urbanos, mejor informados, más conscientes.

Ha dicho Zelaya que espera el apoyo de las Fuerzas Armadas cuando ingrese al territorio nacional, las mismas Fuerzas Armadas que lo capturaron y sacaron en cumplimiento de órdenes emitidas por el Poder Judicial, las mismas que en un comunicado de este mismo día le han dicho que no se hacen responsables de lo que pueda pasar a personas que promueven la violencia con el fin de convertirse en mártires.

La imprudencia es hija de la ingenuidad. ¿Cómo es posible que Zelaya se haga acompañar del canciller de Venezuela sabiendo que quien lo derrocó fue su vinculación con Chávez?

Su imprudencia no le permitió a don José Manuel darse cuenta que se le dio en administración un sistema político ya diseñado en la Constitución y organizado, pero no se le autorizó para que lo cambiara a su gusto y sabor. Fue electo por una sociedad que tiene determinadas características sociológicas una de las cuales es su horror a los extremos de izquierda y de derecha lo que la define como una sociedad insatisfecha con la situación que vive y deseosa de cambios, pero siempre que sean progresivos y pacíficamente conducidos. Siempre es saludable que un gobernante conozca el sistema y la sociedad cuyo gobierno se le confía.

Nuevamente el ex presidente desafía a quienes le quieren bien. Ha sido advertido por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, Panamá, Costa Rica y otros que no conviene su regreso a Honduras hasta que se llegue a un arreglo negociado del problema. Si lo hace y desgraciadamente ocurren hechos violentos, perderá el apoyo que hasta ahora ha tenido de la comunidad internacional.

Si insiste en sus imprudencias, señor Zelaya, regrese a su hacienda que en nuestra vida privada podemos hacer de nuestra barriga un tambor si así lo deseamos. En la vida pública cargamos con vidas ajenas. Es distinto.

(benjamin.santos601@gmail.com)

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20 julio 2009

El "otro yo" de Manuel Zelaya

Margarita Montes


El depuesto presidente de Honduras, José Manuel Zelaya Rosales, ha adquirido desde el pasado 28 de junio la imagen de un superhéroe americano, paladín de la democracia, víctima de golpistas militares y civiles, que le han depuesto del poder por sus nobles ideales de ayudar a los más pobres de su país.

Esta sobredimensionada imagen internacional se basa exclusivamente en los relatos de Zelaya Rosales en las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y en cuanto país ha estado, sobre las causas y las circunstancias que llevaron a su destitución. Sin embargo, en Honduras conocemos a otro Zelaya Rosales. Uno del que no hablan los medios internacionales de comunicación masiva. Uno del que no ha querido escuchar ni averiguar nadie. Pero uno que nosotros los hondureños, no estamos dispuestos a olvidar.

Me limito en esta nota a proveer hechos que hablan del “otro yo” del presidente Zelaya, hechos que son irrefutables y comprobables por cualquier persona, en cualquier parte del mundo, simplemente buscando en Internet las noticias de los medios de comunicación de Honduras durante los tres años y medio de gobierno del mandatario depuesto.

Dejaré a un lado las sospechas, acusaciones y rumores sobre los actos de corrupción de Zelaya Rosales y sus funcionarios, los cuales habrán de ser comprobados por las autoridades competentes.

Le sugiero al lector, en caso que no sea hondureño, que mientras lee esta lista piense cuáles serían las consecuencias de estos hechos de haberse llevado a cabo en su propio país.

A continuación la lista de hechos:


1. La Constitución de la República de Honduras determina que el Poder Ejecutivo debe enviar al Congreso Nacional el presupuesto general de la República a más tardar en el mes de septiembre, o sea, tres meses antes del inicio del año comprendido por dicho presupuesto. Hasta el día 28 de junio, día en que salió del país, Zelaya Rosales no había enviado el presupuesto del año 2009 que debió presentar en septiembre de 2008. El país llevaba 6 meses de operar sin presupuesto. Este finalmente fue presentado al Congreso Nacional este miércoles 15 de julio por la nueva Ministra de Finanzas.

2. La Constitución de la República de Honduras establece que el Poder Ejecutivo debe hacerle las respectivas transferencias de fondos a los otros poderes del Estado para su funcionamiento. Zelaya Rosales se había negado desde mayo de 2009 a hacerle transferencias al Congreso Nacional por su negativa a apoyarlo en el proyecto de “la cuarta urna”.

3. La Constitución de la República de Honduras establece que es obligación del Presidente sancionar, vetar, promulgar y publicar leyes que apruebe el Congreso Nacional. En sus tres años y medio en el poder, Zelaya Rosales “engavetó” más de 80 leyes a él remitidas por el Congreso. Nunca dio explicaciones del por qué no atendió el trámite constitucional de estas leyes.

4. La Ley de Municipalidades establece que el Poder Ejecutivo debe asignarle anualmente el 5% de los ingresos del Estado a las alcaldías del país. Zelaya Rosales nunca, en sus tres años y medio en el poder, le dio los fondos correspondientes a varias municipalidades, incluyendo la Alcaldía de Tegucigalpa (la capital del país), ya que su alcalde es del partido contrario al suyo.

5. La comunidad internacional le condonó la deuda externa bilateral y multilateral a Honduras de aproximadamente $4,200 millones, con la condición que invirtiera esos fondos en programas sociales de combate a la pobreza. Zelaya Rosales recibió el país con plena disponibilidad de esos fondos, pero las 278 alcaldías de Honduras, encargadas de realizar los proyectos, no los habían recibido aún. Este 17 de julio, la nueva Ministra de Finanzas comenzó a distribuir dichos fondos.

6. La Ley Electoral del país establece que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) debe convocar a elecciones generales 6 meses antes de la fecha de los comicios electorales. Este llamado debe hacerse mediante cadena nacional de radio y TV y publicaciones en los medios escritos. El 28 de mayo de 2009 el TSE hizo este llamado oficial por todos los medios de comunicación del país, excepto por Canal 8, el canal del gobierno, que creó Zelaya, ya que éste se rehusó a transmitir la convocatoria a elecciones generales, en virtud que el TSE declaró ilegal la cuarta urna.

7. La Ley Electoral del país establece que los hondureños mayores de 18 años deben obtener su documento de identificación personal en el Registro Nacional de la Personas (RNP, con el cual pueden votar en las elecciones para Presidente, diputados y alcaldes. Zelaya Rosales mantuvo sin fondos para su funcionamiento al RNP desde el 2007, por lo que se calcula que hay 1.5 millones de personas sin su cédula de identidad, ya que el RNP no tenía dinero ni para comprar el material para las cédulas, tal como papel, plástico, tinta y otros.

8. Honduras comenzó a sentir los embates de la crisis económica global desde el último trimestre del año 2008. El desempleo se disparó, bajaron las exportaciones, se redujeron los envíos de remesas de hondureños en EUA, y otra serie de factores negativos comenzaron a afectar el país con más del 60% de su población viviendo en la pobreza. Hasta el 28 de junio, día de su salida de Honduras, el gobierno de Zelaya Rosales nunca presentó un plan anti crisis, ni incluyó el tema en su agenda, pese a las múltiples solicitudes y exigencias en este sentido por parte de diversas instituciones y organizaciones y de la misma población.

Y para terminar de colmar la paciencia de los hondureños:

9. La Constitución de la República de Honduras prohíbe expresamente su derogación. Sin embrago, sus más de 370 artículos pueden ser reformados con la mayoría de dos tercios del Congreso Nacional, a excepción de siete artículos pétreos, que incluyen la prohibición a la reelección presidencial. Zelaya Rosales quería hacer una consulta mediante una “cuarta urna” en las elecciones generales de noviembre de 2009, para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente y redactar una nueva Constitución. Esta consulta fue calificada como inconstitucional e ilegal por la Corte Suprema de Justicia y otros entes del Poder Judicial.

10. La Constitución de la República de Honduras establece que los diputados al Congreso son electos por sufragio directo del pueblo, como en todas partes del mundo. Ante la negativa del Congreso Nacional de apoyarle con “la cuarta urna”, Zelaya Rosales dijo ante los medios de comunicación que el Congreso no representaba al pueblo, sino que solamente él como Presidente. Asimismo, también ante los medios de comunicación, desconoció los fallos de inconstitucionalidad de la Corte Suprema de Justicia en contra de la “cuarta urna”, calificándolos de “fallos políticos”, y procediendo a interpretar él mismo la ley, si bien la Constitución le confiere al Poder Judicial, y no al Ejecutivo, la facultad de declarar la inconstitucionalidad de los casos. Inclusive, también ante los medios, Zelaya Rosales le pidió al Jefe del Estado Mayor Conjunto, Romeo Vásquez Velásquez, no hacerle caso a fallos de “juececillos”.

11. Según datos de la Fiscalía General provistos el pasado 16 de julio, el gobierno de Zelaya Rosales gastó 6.7 millones de dólares en la publicidad de la cuarta urna. Advierten que esta cifra puede subir, pues siguen investigando.

Este es el hombre que el pueblo de Honduras ha rechazado como su Presidente. Al margen que lo hayamos elegido democráticamente, no estamos dispuestos a tolerar un dictador que no acepta gobernar dentro de las reglas y los límites que la democracia misma establece.

Este es el hombre que la comunidad internacional defiende como héroe y que nos quiere imponer de nuevo como Presidente a como dé lugar.

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Torpezas, torpezas y más torpezas

Margarita Montes


Torpezas. Ese es el término con el que podemos calificar las declaraciones de esta semana de Hugo Chávez y de José Manuel Zelaya Rosales.

Por una parte, Hugo Chávez, intenta sabotear abiertamente con sus palabras incendiarias el diálogo encabezado por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez, el cual ha sido respaldado por toda la comunidad internacional. Tampoco logra salir de su receta clásica e ideológicamente cuadrada de culpar a los Estados Unidos de todos sus males. Chávez se rehúsa a admitir que exista la posibilidad de que, al menos por una vez en la vida, los Estados Unidos no hayan conspirado en su contra y que estén diciendo la verdad cuando condenan a Honduras por los hechos ocurridos el pasado 28 de junio.

Las recientes declaraciones de Chávez retando a Barack Obama a demostrar que en verdad los Estados Unidos no están detrás del revés que ha sufrido el chavismo en Honduras, muestran algún grado de desconcierto por parte del mandamás venezolano. Y es que, si no puede culpar a la potencia del Norte por lo ocurrido en Honduras, ¿a quién más puede culpar? Necesita un culpable, pues su posición, luego del derrocamiento de Zelaya Rosales, resulta bastante incómoda, tanto a nivel nacional en Venezuela, como internacional, sobre todo en América Latina, adónde su prestigio se ha visto socavado por el pueblo y las instituciones hondureñas, responsables de expulsar a su aliado de la silla presidencial del país centroamericano.

Por otro lado, Zelaya Rosales sigue cometiendo torpeza tras torpeza, tal como nos tenía acostumbrados a los hondureños en sus tres años y medio de mandato. Es estratégica y políticamente torpe de su parte darle públicamente un ultimátum a Roberto Micheletti para que lo reinstale en el poder a más tardar este próximo fin de semana, luego de la reanudación de las negociaciones entre los dos bandos en pugna en San José. Este torpe ultimátum debilita la posición de Zelaya Rosales de tres formas:

· Su amenaza de dar por concluido este próximo sábado 18 de julio el diálogo en San José, en apenas su segunda ronda de reuniones, si no consigue los resultados que desea, va en consonancia con las declaraciones vertidas pocas horas antes en ese mismo sentido, por parte de Hugo Chávez, quien catalogó al proceso coordinado por Arias Sánchez como “un aborto” y “una trampa”. Zelaya Rosales demuestra una vez más que sus decisiones están influenciadas por las directrices de Hugo Chávez. Esto debilita su causa ante aquéllos países de América, de Europa y del resto del mundo que no simpatizan con el chavismo.

· Las palabras de Zelaya Rosales profiriendo un ultimátum incomodan principalmente a Arias Sánchez, ya que ante el mundo entero ponen en peligro su prestigio como Premio Nobel de la Paz y de hábil negociador, dado que lo arrinconan para dar resultados en apenas la segunda ronda de negociaciones.
Zelaya Rosales muestra poca inteligencia al indisponer al que en este momento es su mejor aliado, es decir, al mismo mediador, Oscar Arias.

· La amenaza de Zelaya Rosales de regresar a Honduras a retomar la presidencia a como dé lugar, lo exhibe nuevamente ante el mundo como el hombre irreflexivo, impulsivo e insensato que es. El mismo Departamento de Estado de los EUA, por medio de su vocero Ian Kelly, reaccionó rápidamente diciéndole a Zelaya Rosales que establecer un “ultimátum artificial” de este tipo no ayuda en nada a la solución del conflicto.
La otra torpeza mayúscula de Zelaya Rosales ha sido llamar públicamente a la insurrección al pueblo hondureño, lo que equivale a llamar a sus connacionales a un enfrentamiento violento. Esta actitud es impropia de un verdadero estadista y demuestra nuevamente la irresponsabilidad del ex mandatario hondureño, sobre todo cuando aún está en pie un proceso de diálogo avalado por la comunidad internacional. La presidenta de Chile, Michelle Bachelet ha pedido a Zelaya Rosales ser “prudente, porque nadie quiere que esto se resuelva con un baño de sangre”.

En conclusión, todas estas parecen medidas incoherentes y desesperadas de Chávez y de Zelaya, quienes saben que son muy reducidas las opciones que tiene éste último de regresar al poder en Honduras. Para quienes no lo quieren de vuelta como presidente, resulta más bien favorable que Zelaya Rosales y sus aliados sigan cometiendo este tipo de torpezas, que a fin de cuentas no hacen más que dinamitar su propia causa.

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17 julio 2009

Carta abierta para un país en crisis

Tegucigalpa. M.D.C. Honduras.

César Indiano

Escritor y dramaturgo hondureño

Los Hijos del infortunio

Si la opinión de un artista que dedica su vida a la escritura de novelas y obras teatrales, tiene alguna validez en momentos de crisis política, alzo mi pluma y elevo mi voz para hablar en nombre de la cordura, la paz y la dignidad:

Los recientes acontecimientos políticos que en estos momentos nos presentan ante el mundo como una “país anarquista que violenta la leyes y los acuerdos internacionales” nos obligan – inevitablemente – a tomar una postura coherente.

Ahora más que nunca debemos hablar todos aquellos que siempre hemos preferido callar y debemos tomar parte de las acciones todos aquellos que siempre hemos optado por la abstinencia. Lo que está sucediendo en las calles con toda seguridad rebasará los límites callejeros y se convertirá, muy pronto, en un problema real de nuestras casas y de nuestras oficinas.

Creo que solamente los ingenuos, están creyendo que la crisis actual se desvanecerá por cuenta propia. La experiencia nos demuestra que los perturbadores del orden público son además de infatigables, mucho más temerarios que los hombres de paz y bien. Por lo tanto, nuestra participación directa en los acontecimientos que en estos momentos nos abaten no debe estar impulsada por el deseo de vencer y convencer a los alborotadores experimentados, sino, por la necesidad de hacer valer la opinión de la mayoría.

Siete millones de personas calladas pueden ser fácilmente vencidas por una minoría bulliciosa.

Por lo tanto yo digo a los ciudadanos… Si no nos manifestamos abierta y valientemente a favor de las amargas decisiones tomadas por el Congreso de la República en la fecha 28 de junio del 2009, daremos la impresión de que no estamos firmemente comprometidos con las determinaciones de nuestras autoridades.

Aunque no estemos completamente seguros de que los procedimientos para la destitución del ex presidente Manuel Zelaya Rosales hayan sido los correctos y los atinentes, es nuestro deber ciudadano difundir y proclamar nuestra acuerdo absoluto con el espíritu de las acciones, pues el mundo debe tener claro que el país entero estaba al borde de un ataque de nervios producido por los abusos y los irrespetos descontrolados de un hombre que traicionó a su propio pueblo para someterse a los dictámenes de un Proyecto Ideológico Regional, a toda vista incompatible con nuestros principios soberanos de nación independiente.

A juzgar por los hechos, la inmensa mayoría de la población hondureña estaba de acuerdo en que debía hacerse algo para frenar la tiranía populista que el presidente Zelaya venía orquestando al margen de la cordura, de la legitimidad y de la lógica. Sin embargo dicha “mayoría” carece de presencia y de credibilidad porque nuestra participación se ha limitado a murmurar y rabiar al interior de nuestras casas. Haciendo gala de una timidez comprensible, como si creyéramos que las libertades públicas y las garantías cívicas deben ser resguardadas por héroes y por mártires y no por los beneficiarios directos de la democracia que en este caso, somos todos.

Ahora, mientras una minoría de inconformes se toma las calles para protagonizar y publicitar mundialmente sus impertinencias, millones de compatriotas se recluyen en sus casas y no dan la cara ni elevan su voz para aclararle al mundo que no teníamos otra opción.

Que el país, con sus defectos y pobrezas, debía tomar una medida emergente a fin de evitar una humillación. Sólo los que no han vivido en Honduras en los últimos tres años, podrían salir a la defensa de un hombre que no descansó ni un minuto en la tarea enfermiza por instalar un régimen personalista inspirado en ideas e ideologías que no son de nuestro agrado. Un hombre que primero utilizó los canales democráticos para llegar al poder y que interpretó el mandato presidencial como “la oportunidad única” de usurpar las tradiciones institucionales y de burlarse de sus compatriotas.

Más de un millón de votantes liberales acudimos a las urnas en noviembre del 2005, fuimos a hacer valer nuestro derecho cívico de legitimar un presidente y nuestro deber soberano de garantizar una transición pacífica apegada a derecho. Pusimos en manos de un candidato supuestamente decente, un país radiante y lleno de esperanzas pero ¿qué hemos recibido a cambio? Una nación anarquizada, lúgubre, atemorizada – y ahora – amenazada por un mundo sorprendido que se apresura a juzgar desde la distancia unas realidades que desconoce.

El mundo no sabe que Zelaya recibió el país con la deuda externa prácticamente borrada ¿o será que el Club de París ya olvidó las condonaciones y los alivios gestionados por Ricardo Maduro y el Cardenal Rodríguez en el marco de la HIPC?

El mundo no sabe – o será que finge olvidar – que de 1990 hasta el 2005, todos los países y los bancos mundiales obligaron a los gobiernos a invertir sendas cantidades de dinero en el fortalecimiento del Sistema Judicial, en la Reducción y Especialización del aparato burocrático y en la descentralización municipal de los fondos para el desarrollo, especialmente aquellos destinados para el Combate a la Pobreza (ERP).

Los desembolsos del Banco Mundial estuvieron durante los últimos 15 años condicionados al cumplimiento de obligaciones puntuales en lo referente al funcionamiento básico de las tareas de gobierno y – aunque el mundo no lo sepa – para el día que Zelaya recibió la banda presidencial, Honduras ya había consolidado, a duras penas, un estamento creíble y funcional y el país estaba listo para comenzar un período de bonanza y crecimiento económico. Esta bonanza y este crecimiento económico fue el sebo que el ex mandatario utilizó para agenciarse votos a granel. Pero nos engañó impunemente.

Todos, yo mismo, creí posible que el progreso dejaría de ser una ilusión en caso de que el Nuevo Gobierno asumiera las responsabilidades lógicas y las tareas mínimas ¿pero qué sucedió? Fuimos vilmente traicionados y burlados por un individuo que no sólo se desligó de sus obligaciones más básicas sino que – con premeditación y alevosía – provocó el colapso progresivo de todas las instituciones del gobierno.

En estos momentos el país está económicamente invertebrado y no cuenta con recursos suficientes para rectificar el saqueo continuado de un gobernante que se dedicó al despilfarro de los fondos públicos. Cada día, de la Casa de Gobierno egresaron fondos y regalías sin destino seguro y el derroche se convirtió en una personal “política de estado” con fondos ilimitados. Todo, con el visto bueno de un gabinete cómplice que jamás rindió cuentas y nunca se apegó a los procedimientos de ley.

El mundo no sabe que todos los programas de desarrollo están colapsados y que la mora fiscal no tiene nombre. Que Manuel Zelaya no respetó ningún límite legal para el uso del presupuesto y que prácticamente el país debe ser reconstruido a nivel administrativo. Encima de todas estas ofensas y desgracias, convirtió la Casa de Gobierno en un centro de acopio y propaganda para estrechar vínculos ilícitos, alevosos y perversos con peligrosos cabecillas del gobierno venezolano y no conforme con toda la calamidad provocada, creyó que el país entero se quedaría con los brazos cruzados mientras se aprestaba a realizar la perversa maniobra de legitimar su tiranía para obedecer los mandatos de Hugo Chávez.

Afortunadamente Honduras tiene una dignidad mínima que le permite reaccionar a tiempo. Siempre la tuvimos y parece que el mundo lo ha olvidado. Nosotros, dentro de nuestra pobreza y nuestra humildad, jamás nos hemos dejado llevar por las “demencias revolucionarias” lideradas por falsos cabecillas que se auto decretan redentores de las masas sin presentar credenciales morales ni éticas.

Los hondureños jamás nos habríamos percatado de la ceguera internacional sino no nos hubiéramos atrevido a frenar este absurdo “Proyecto Ideológico” que se estaba fraguando en nuestras narices. Sin haberlo programado, somos el primer país que le pone un freno directo al colonialismo ideológico de un tirano abusivo que aparentemente nadie desea enfrentar: Hugo Chávez Frías.

Se trata del “intervencionismo descarado” de un gobernante oscuro y enfermo que se fía de la ingenuidad internacional para humillar a aquellos países latinoamericanos que él considera indefensos. En el pasado (1980) contábamos con la alianza estratégica de los Estados Unidos para detener la infiltración de comandos agresivos que intentaban desbaratar nuestro humilde régimen constitucional. Desde entonces Honduras dejó claramente establecido su papel político y geográfico con respecto a “modelos políticos importados de inspiración marxista” que nunca han sido afines con nuestro interés ni con nuestras necesidades específicas de nación soberana.

Hoy, por razones que desconozco, los mismos Estados Unidos le dan carta blanca a este abusivo desenfrenado que no tiene un minuto para gobernar su propia patria pero que le sobra tiempo para intervenir, en abierto descaro, en los problemas, conflictos y determinaciones de países como el mío, un país, que este sujeto no conoce tan a fondo como lo conozco yo. Un país que no cuenta con el clima ni con la voluntad social para participar en las campañas demenciales de enemistad sin sentido, promovidas por un patriarca latinoamericano que ha convertido a Venezuela en una plataforma de ambiciones desquiciadas y hostilidades fuera de contexto.

Entonces qué hacer…

En primer lugar, llegó la hora para que salgamos a las calles y le digamos al mundo que no queremos el retorno de un gobernante inoperante, traidor, entreguista y abusivo que se aprovechó de la confianza otorgada por la gente para desarrollar consignas gubernamentales que no son de nuestro interés…

No queremos el retorno de un hombre que se ha aliado internacionalmente para perjudicar, asfixiar y desprestigiar a todos aquellos que un día le dimos un voto de confianza a través del sufragio civilizado…

No queremos el retorno de un hombre mentiroso que no ha tenido la honestidad de confesar en la tribuna internacional, las razones por la cuales lo hemos quitado del cargo con el que un día lo honramos…

¿Cuándo se ha visto que un pueblo entero quita a un gobernante por bueno?...

Si la ONU; La OEA o cualquier organismo internacional de relevancia, se empeña en defender emotiva e irresponsablemente a un individuo que ha sido repudiado por todo un pueblo, entonces ¿Cuál es la confiabilidad que estos organismos tienen para un pueblo que ha sido humillado, saqueado y abusado de manera continuada por un tipo que llevó su Proyecto Personal a niveles enfermizos de intolerancia y arbitrariedad? Entonces ¿debemos suponer que estas instancias fueron creadas para proteger a los tiranos, a los irresponsables y a los oportunistas? … si esto es así, entonces Honduras es en estos momentos uno de los países más heroicos del Centro América. Lo cual no nos asombra pues aquí, a diez cuadras, nació Francisco Morazán. Es bueno que esto lo recuerde Arias y Ortega… nosotros somos los paisanos legítimos de Morazán.

Pero se trata de un heroísmo que no hemos buscado, se trata de un heroísmo circunstancial provocado por el pánico internacional de no reconocer que en América Latina se está desarrollando – en las barbas de todos – un Proyecto Político nefasto, bélico, irracional, irrespetuoso y abusivo. Es verdad que somos un país pequeño e inclusive pobre, pero eso no quiere decir que no somos capaces de alzar el pecho y levantar la voz para defendernos de un tirano infatigable que insulta y vocifera a todo el mundo mientras todos los países agachan la cabeza.

En definitiva…

No queremos el retorno de un apátrida que ha sido incapaz de arrepentirse y de pedir disculpas por todos los agravios provocados a un pueblo que ahora no sólo debe lidiar con las calamidades económicas provocadas por su mal gobierno, sino que debe sobreponerse a las amenazas orquestadas por un mundo que ha perdido la cordura, la razón, la decencia y la valentía.

No queremos el regreso de un hombre que nos hizo retroceder treinta años para volver a comenzar de cero. En estos momentos, amargos y penosos, todos los hondureños volvimos a recordar las penurias y el estrés de los años ochenta.

Se revivieron en nuestras mentes aquellos días oscuros en los cuales los toques de queda y las persecuciones estaban a la orden del día… jamás creí que me vería en la obligación de explicarle a mis pequeños hijos el significado de palabras tan horrendas como “huelgas”, “golpes” “estados de sitio” y “cadenas de prensa”… para todos los hondureños esto era un lenguaje del pasado y jamás imaginamos que al depositar nuestro voto a favor de un iletrado irresponsable, estábamos sellando un pacto de retroceso con un sujeto que provocó la ruina total de un país que había dado algunos pasos firmes en la consolidación de su joven democracia…

Si a pesar de estas aclaraciones, los organismos internacionales se empeñan en castigarnos y en bloquearnos, entonces las tareas que siguen para nuestros pueblos son verdaderamente penosas. Y sin embargo hay que asumirlas; en estos momentos debemos estar con los gobernantes sustitutos y alentarlos. Debemos hacernos un solo nudo con el ejército y con todos los hombres de bien que hemos vivido en carne viva, los desafueros y los abusos recurrentes de un gobierno que se había convertido en una insoportable pesadilla.

Hacía más de un año que yo no veía sonreír a nadie, después de la destitución forzada, toda la población recuperó su sonrisa de siempre.

Sería iluso de nuestra parte creer que las milicias – insultadas sin causa y desacreditadas sin razón – van a poder enfrentarse por sí solas a las arremetidas de una alianza internacional que no da señales de buscar la verdad. Llegó la hora para que nuestro pequeño y humilde pueblo se pare con valentía ante las amenazas y las provocaciones de este invasor abusivo llamado Hugo Chávez, que desea pisotear la dignidad de todos los pueblos a vista y paciencia de un mundo que se ha vuelto incapaz de pelear por la democracia y por la libertad.

Por lo tanto…

No queremos el retorno de un hombre irresponsable que deshonró la amistad, el aprecio y la confianza que un día le manifestamos en las urnas…

Elevamos nuestra queja y nuestra alarma al mundo entero y les digo a mis compatriotas:

Llegó la hora de desenmascarar a los tiranos y a los abusivos, llegó la hora para demostrar que detrás de las fachadas noticiosas protagonizadas por alborotadores irracionales, existe un pueblo íntegro, respetuoso, sensato, decente y valiente.

A la comunidad internacional:

Le pedimos y le exigimos una investigación exhaustiva y responsable de todos los eventos que precedieron a la destitución… antes de emitir un juicio y antes de dar una opinión.

La inmensa mayoría de este país está contenta y satisfecha con el curso de los acontecimientos, no por el hecho de querer apañar una decisión turbulenta que quizá presenta lagunas legales, sino, porque a pesar de todo entendimos que nadie vendrá de afuera a defendernos de las humillaciones y los sufrimientos que soberanamente hemos estado padeciendo.

En las últimas décadas Honduras ha demostrado un interés sincero por el establecimiento y la adopción de las normativas democráticas, pero esto no quiere decir que hemos perdido la noción de lo que es un abuso, una humillación y una arbitrariedad. La libre auto determinación de los pueblos no sólo se refiere al respeto de los marcos legales que rigen la conducta pública, también se refiere a la capacidad y al derecho que los pueblos tienen de tomar medidas sabias cuando las circunstancias que nos abaten rebasan los dogmas legales.

Probablemente nuestra decisión de deponer violentamente a un gobernante, no parezca a la vista de los observadores internacionales muy elegante ni muy correcta, pero todas las naciones que se han visto en apuros concordarán conmigo en que en ciertos momentos los hechos superan al derecho. Esto lo sabe perfectamente Estados Unidos, Ecuador, Argentina y Costa Rica. En casi todos los países del mundo se han presentado circunstancias dramáticas en las cuales “la destitución de un mandatario” se vuelve urgente y no negociable.

Y el hecho fundamental de la presente crisis es uno que debe quedar claro: no queremos a Manuel Zelaya como presidente de nuestro país. Entonces ¿Cuál debería ser la postura de la ONU o de la OEA cuando un pueblo grita a los cuatro vientos que ya no soporta a un mandatario?... algo tan sencillo como oír y respetar el clamor de las mayorías sin importar que estas mayorías estén calladas o atemorizadas.

En estos momentos todos los habitantes de Honduras estamos asombrados de la indolencia, la superficialidad y la ligereza con que los organismos y organizaciones internacionales han asumido un problema que solamente nosotros conocemos bien. Sin investigar los hechos y sin indagar a fondo han corrido a juzgar y a dictaminar unas sanciones irresponsables que seguramente nos conducirán a la asfixia ¿ese es el trato que se le da a los pueblos que defienden con valentía la libertad y la democracia? ¿Ese es el trato que merecen los pueblos que todavía se muestran capaces de defenderse de las anarquías y las tiranías?

¿Podemos confiar nuestro destino patrio y nuestro porvenir nacional en unas organizaciones internacionales que defienden ciegamente a los abusivos y a los usurpadores?...

Probablemente ha llegado la hora para que se revisen a fondo los propósitos, el sentido y la razón de ser de todas las organizaciones internacionales que “teóricamente” velan por el bienestar del mundo. Tal vez hacía falta un acto de valentía en un país pobre y remoto como Honduras, para que las potencias y los países ricos evalúen y revisen el funcionamiento real de dichas organizaciones y organismos.

Desde la cómoda visión de unas organizaciones decadentes que no demuestran interés por la verdad ni por la justicia, los infractores somos nosotros y no los abusivos. Consideran una grave infracción que un pueblo humilde y desesperado se agarre de cualquier cosa para no hundirse en las tiranías, pero se hacen de la vista gorda cuando reiteradamente un pueblo emite señales de auxilio.

Para Barak Obama, Oscar Arias, Felipe Calderón y Miguel insulsa resulta fácil decir simplemente “esto es ilegal” pero uno se pregunta ¿los pueblos están obligados a soportar las humillaciones, los abusos y los saqueos de un gobernante sólo para complacer “los buenos modales” de unas organizaciones apáticas?

Los reportes de nuestro deterioro político y de nuestra ruina económica desde que dio comienzo el gobierno de Zelaya, han estado a la luz pública y los conocen todas las agencias de noticias del mundo entero. No es justo que la OEA y la ONU aleguen ignorancia sobre la conducta de un individuo cuyos atropellos son conocidos universalmente.

Este hombre que hoy defienden con tanta gallardía, fue el mismo que llegó a insultarlos en su propia casa en el marco de la Asamblea de las Naciones Unidas.

Es el mismo que ahora trama, a la vista de todos, una Conjura Regional para desacreditar y destruir las instituciones supranacionales que supuestamente defienden la integridad de las naciones libres. Es el mismo hombre que ha aplaudido públicamente los discursos hostiles e irregulares que Hugo Chávez ha proferido contra todas las naciones americanas. Es el mismo hombre que ha expresado insultos y ha ofendido, reiteradamente, la dignidad de personas y naciones que no profesan con su loca doctrina.

Entonces ¿sobre qué fundamentos morales los gobernantes del mundo entero nos quieren obligar a restituir un hombre que tiene sobrados méritos pasa ser demandado, condenado y encarcelado? Bastará con que nos den un compás de espera para reunir todas las pruebas que lo convierten en un delincuente sin escrúpulos ¿Nos obligan a esto porque nos desprecian y nos subestiman? ¿No nos creen capaces de incoar procesos penales contra aquellos que utilizan el poder para delinquir? Si esto así, entonces ¿Cuáles son las bases morales y cuales son los principios que rigen, guían y gobiernan las actuaciones de los Estados Americanos?....

A los medios de comunicación:

Desafortunadamente la decencia no es escandalosa. Yo soy un testigo ocular y un testimonio firme de lo que en verdad ha pasado en mi patria. Soy parte de ese millón de ciudadanos que ha vivido en carne vida la experiencia de empobrecer, retroceder y sufrir por obra de un gobierno ciego y despótico. Juro por mis hijos y por mi nación que este escrito no es un encargo ni una tarea oficial tarifada. Es el clamor espontáneo de alguien que desea sentar un precedente intelectual sobre la verdad de los hechos. Ni tan siquiera se si será divulgado o leído por alguien, pero lo importante es que esta carta será enviada a todos los medios de comunicación nacional e internacional que consideren importante la versión de un ciudadano corriente que escribe motivado exclusivamente por el deseo de que la verdad se imponga sobre la mentira.

Los hondureños iremos a elecciones en noviembre del 2009, otra vez tendremos la oportunidad de elegir un gobernante que tenga credenciales morales y profesionales para darle un viraje de esperanza a un país que en este momento se encuentra oscurecido por la pobreza, la anarquía y la confusión.

Invito a los reporteros del mundo entero para que vengan a mi patria y vean los resultados visibles de una gestión gubernamental inicua y perversa. Vengan a ver lo que hizo Zelaya con mi patria, vengan a ver el colapso de la red vial, la ruina de los hospitales, la deuda externa, el desplome de la educación, el saqueo fiscal, el fracaso del agro y la recesión comercial. Vengan a ver con sus propios ojos todos los daños que un solo hombre le puede causar a millones y después saquen sus propias conclusiones.

Después digan si los hondureños teníamos razones y motivos para sacar por la fuerza a un sujeto se dedicó las 24 horas del día, durante tres años, a arruinar un pequeño país que tiempo atrás lo honró con el máximo galardón que se le puede conceder a un ciudadano.

Entonces ¿de donde saca la prensa mundial y las organizaciones internacionales que aquí estamos esperando a ese delincuente con los brazos abiertos? Mas le vale que no vuelva y él perfectamente sabe a lo que me refiero. Y si vuelve acompañado, en este caso por mercenarios del ejército chavista o nicaragüense, con el perdón de la OEA y de la ONU, nos defenderemos por cualquier medio. Siempre hemos sido un pueblo de paz y bien. Jamás hemos creído en el despotismo de las armas ni en las agresiones directas, pero cuando el mundo da señales de no querer arriesgar ni un pelo en la defensa de nuestra soberanía, no tenemos más opción que agarrar nuestros garrotes y nuestras escobas para decirle al Ejército Hondureño que no están solos y que en la defensa de nuestra soberanía y de nuestra patria ¡Todos somos soldados!

César Indiano

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