28 abril 2006

Mel y la seguridad jurídica en Honduras

El ex embajador de USA, Larry Palmer, manifestó paladinamente en el diario LA TRIBUNA el 5.07.03: "No he visto en Honduras que procesen a ninguno de los poderosos. Si un chico se roba un pan, se le arresta inmediatamente; pero si un quiebra bancos roba 300 millones, sale en las páginas sociales de los periódicos". ¡Qué triste realidad y qué vergüenza más amarga para los administradores de nuestra justicia!

Consciente de cómo anda la justicia en nuestro país, el presidente Mel Zelaya manifestó en su Poder Ciudadano 4,1: "El Estado de Derecho está en crisis porque los criterios que prevalecen en la aplicación de la justicia crean incertidumbre y confusión. La inseguridad jurídica es la regla general. Hoy las calles de Honduras son más inseguras que nunca, la investigación de los crímenes carece de profesionalismo, los tribunales son indulgentes con los mareros, los narcotraficantes, los lavadores de dinero, los quiebra bancos y los delincuentes de cuello blanco". ¿Quién es el ente llamado a aplicar la justicia?

El culto y valiente cardenal Rodríguez Maradiaga -a quien Honduras y un buen grupo de los países pobres debe la condonación arrancada a los organismos internacionales- dijo a los diputados del Congreso Nacional en 2002 usando palabras de San Agustín: "Si no hay justicia en el Reino, los reinantes serán una banda de ladrones".

Mel se hace eco de ello con las siguientes palabras: "Impondremos el mérito personal con calificación fundamental para seleccionar los jueces, magistrados, fiscales, peritos forenses y agentes policiales. Asimismo, promoveremos la evaluación del desempeño para mejorar continuamente la prestación del servicio. Mi compromiso es hacer nuestras calles seguras, para que la familia hondureña las pueda transitar sin temor. Nuestros hogares deben ser el regazo de tranquilidad moral y espiritual que deseamos todos, con seguridad para nuestras vidas y nuestros bienes".

La presidente de la Corte Suprema de Justicia -cual si fuera el Mercado San Isidro o un mall lujoso- dijo sin nunca poner remedio: "La justicia se vende hasta en los pasillos". Avergonzado Mel de esta y otras expresiones similares, no dudó en manifestar en su Poder Ciudadano: "Pondré mi voluntad política para consensuar y fortalecer la aplicación de la justicia y la equidad, garantizando la independencia del Poder Judicial, la transparencia con oportunidad, eficiencia y efectividad en el proceso de administración de la justicia".

Hasta el día de hoy -manifestó el seminario católico FIDES el 14.09.03- el peso de la ley ha recaído sobre los más débiles, los pobres y los indefensos. Quienes han delinquido en contra del Estado y de particulares son inalcanzables por el largo brazo de la ley.

Debido a ello, el presidente Mel prometió en su Poder Ciudadano: Daré continuidad al proceso de reforma del sistema penal hondureño e iniciaré la modernización del sistema procesal civil. Apoyaré el quehacer del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos mediante el fortalecimiento institucional y una relación permanente armoniosa. Fortaleceré las capacidades de los órganos contralores del Estado responsables de investigar y denunciar abusos y delitos.

Tarea ardua y difícil que tiene Mel en su administración. Sin justicia no habrá nunca paz. Sin paz no habrá desarrollo. Sin seguridad judicial ningún empresario internacional vendrá a Honduras a arriesgar sus capitales. Por ello, presidente Mel y su gabinete, no se hagan ilusiones, pues es indispensable y urgente formular y aprobar normas jurídicas que mejoren el funcionamiento en la administración de la justicia, porque "la justicia es el nuevo nombre de la paz" como dice la doctrina social de la iglesia. Honduras tiene demasiadas leyes, pero la mayoría de ellas no se cumplen o se cumplen mal. Para mejorar el sistema judicial, hay que actuar radicalmente, sin contemplaciones, sin hipocresías.

En Honduras muchos se quejan de las injusticias, presidente Mel. Recogemos lo dicho por El Heraldo el 30.08.02: "Los jueces y la policía son las dos instituciones hondureñas más corruptas. En el gobierno de Maduro lastimosamente se ha avanzado poco en el combate a la corrupción. Otto Reich manifestó a los magistrados hondureños que una justicia demorada es una justicia denegada".

Lo expresado en el Poder Ciudadano no deben ser sólo promesas de campaña al pueblo. Si el presidente Mel logra proporcionar a los hondureños seguridad jurídica eficaz, el tinglado del Estado se sostendrá. Si no, hay que darle sepultura urgente como a un cadáver.


Antonio Martín

27 abril 2006

Urge depurar la Policía Nacional

Mensaje a la nación

Por: Dr. Ramón Custodio López

Dada la situación general de inseguridad pública -que ya alcanzó características de una emergencia nacional- me veo obligado a rendir este breve y fidedigno informe con recomendaciones, motivado por las actuaciones indebidas de muchos integrantes de la Policía Nacional, en todos los ámbitos de su responsabilidad; es decir, en la falta de prevención e investigación inadecuada de los delitos de la delincuencia común y organizada, y la aparente aplicación de justicia por propia mano, todo ello al margen del Estado de derecho propio de la democracia hondureña.

El miércoles 19 de abril recién pasado, el señor Presidente de la República, en una audiencia especial recibió del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), un sustantivo informe sobre estos hechos de interés nacional, mismo que para conocimiento de todos, se resume así:

1. Reporte de lo ocurrido en el Centro Penal de La Paz en la noche del 18 y en la madrugada del 19 de abril, tal y como fue recogido por dos Investigadores de Quejas del CONADEH de su Delegación de Comayagua.

Aun cuando las autoridades policiales han hablado de un amotinamiento, en lugar de una confrontación violenta entre los mismos internos, todo parece indicar que esto último fue lo que realmente ocurrió, principalmente por la aberración jurídica y administrativa de un régimen disciplinario en manos de ciertos internos de los mismos centros de privados de libertad.

El resultado fue un homicidio frustrado y un asesinato sin autores reconocibles, pero sí una sospechosa responsabilidad anónima que garantiza la impunidad, puesto que en Honduras nunca un juez ha condenado a ningún conglomerado social, en el cual unos pocos son autores y muchos otros cómplices por el encubrimiento de graves delitos.

2. En ese mal llamado amotinamiento, porque no fue un movimiento desordenado de una multitud en contra de ninguna autoridad, sino que unos privados de libertad que planificaron todo, de modo que hasta impidieron la entrada de la autoridad competente a la escena de los crímenes cometidos, la cual permitieron hasta cuando habían alterado esa escena a su antojo y conveniencia.

3. Que los privados de libertad supuestamente mejor armados con armas de fuego y granadas, sean los que tienen las únicas dos víctimas de esta violencia homicida y atentado contra la vida, solamente le agrega incredulidad a la versión oficial de los hechos y de una de las partes.

4. La autopsia de un prisionero de la Policía Preventiva de La Ceiba, nos permite afirmar fehacientemente que la víctima murió de asfixia por la implacable aplicación de la capucha, y también por múltiples lesiones corporales y cerebrales; que la autopsia fue practicada oportunamente por el Departamento de Medicina Forense de San Pedro Sula, cuyo dictamen final fue remitido tres días después a la Fiscalía de La Ceiba, pero hasta el momento no ha habido ninguna acción judicial en contra de ninguno de los posibles responsables. Situación que justifica nuestra preocupación por un caso más de impunidad, por la sospechosa colusión entre las autoridades competentes del sector, posiblemente a espaldas de sus superiores.

5. Otras evidencias que indican la posible práctica de la justicia por propia mano, como la ejecución extrajudicial en diferentes sectores del territorio nacional, por la propia Policía Nacional, nos obligan a declarar que ésta no es la seguridad pública que el pueblo hondureño demanda y merece. Precisamente, uno de estos casos está en este momento siendo conocido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y la real posibilidad de una sentencia condenatoria más en contra del Estado de Honduras, de nuevo nos estigmatizará a todos.

6. Al momento del cierre de este informe se nos reporta la tortura de dos sospechosos detenidos in fraganti, en la primera sede de la policía de San Pedro Sula, la cual tenemos confirmada mediante un video, y el caso nos da el mensaje de que los señores policías actúan como si tuvieran licencia para torturar y hasta para matar.

En vista de la situación descrita y ajustándose al artículo 43 de su Ley Orgánica, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos se ve obligado a formular, en forma respetuosa pero firme, la siguiente recomendación:

Que el Sr. Presidente de la República, en uso de las atribuciones constitucionales que le dan esa competencia, proceda con la urgencia del caso y dentro de la normativa del Estado de derecho, a la indispensable, real, efectiva y justa depuración de la Policía Nacional, salvando solamente a los honestos, ya que, lamentablemente, la situación no es enmendable con el simple nombramiento de nuevos Directores o Subdirectores de Policía, ni sin el decidido apoyo de la Junta Directiva y todas las bancadas del Congreso Nacional, del Consejo Nacional de Seguridad Interior (CONASIN) y de toda la ciudadanía.

26 abril 2006

Ley de Transparencia

CARTA PÚBLICA

De: Manuel Torres Calderón, miembro de C-Libre
A: Quienes luchan a favor de una buena Ley de Acceso a la Información Pública (de Transparencia)

De acuerdo con la comunicación que nos hizo llegar Félix Molina, el 12 de abril pasado se concluyó la redacción del Dictamen, presuntamente final, para la aprobación de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. La lectura del documento motivó en mi condición de Periodista y Ciudadano una reflexión que deseo compartir con mis amigos y amigas, sin otra pretensión que pensar en voz alta. No me referiré a los diputados firmantes del Dictamen, ni a las motivaciones reales que varios de ellos pudieron tener para formar parte de esa comisión. Al respecto me limito a señalar, recurriendo a la sabiduría popular, que “no están todos los que son, ni son todos los que están”.


Basta leer algunos de los nombres para sorprenderse de su aparición dado que sus antecedentes públicos distan de haber sido transparentes. Otros, en cambio, han tratado de mantener una conducta coherente con los principios y valores éticos de la honestidad. La mezcla, sin embargo, no sorprende.


Como sabemos, el primer paso para la formulación de normas es la Iniciativa de Ley y nuestra Constitución de la República concede esta facultad a los diputados al Congreso Nacional, al Presidente de la República por medio de los Secretarios de Estado, a la Corte Suprema de Justicia y al Tribunal Superior Electoral en materias de su competencia.


En el estado actual de nuestra democracia, el derecho a la Iniciativa de Ley no se otorga a los ciudadanos o ciudadanas particulares, ni a las organizaciones sociales, lo que implica que cuando tienen una propuesta concreta debe canalizarse a través de uno o más legisladores y someterse así, con suerte, a discusión y aprobación en el pleno del Congreso Nacional.


Ese camino puede ser muy largo o muy corto dependiendo de los alcances de la iniciativa e intereses a los que responda. De acuerdo con los textos jurídicos, la Ley es la manifestación de la voluntad del pueblo en un tema determinado, pero, infortunadamente, en nuestro país la mayoría de las leyes surgen como un medio para fortalecer los intereses y privilegios de grupos poderosos.


Así, mientras el camino para la Ley de Acceso a la Información Pública, conocida ahora como Ley de Transparencia, ha sido largísimo, para otras, como las que facilitaron la incorporación del país al Tratado de Libre Comercio con EEUU, ha sido corto.


El trabajo impulsado por C-Libre de motivación y redacción del proyecto de Ley de Acceso a la Información Pública ha transcurrido tres gobiernos, dos de ellos liberales y uno nacionalista. Buena parte de los esfuerzos de incidencia se concentraron en el pasado Congreso Nacional (2002-2006) encabezado por Porfirio Lobo, quien, una y otra vez, falló a su compromiso público de aprobarla y desperdició, con ello, una oportunidad histórica a favor de la democratización de Honduras.


En ese período, la indiferencia del ex Presidente Ricardo Maduro y de sus ministros con respecto a la propuesta se terminó convirtiendo en complicidad con quienes se han opuesto férreamente a su aprobación. De hecho, en esa administración se ocultó que la aprobación de una Ley de Acceso a la Información Pública formaba parte de los compromisos (condicionalidades) pactadas con el Banco Mundial. Los de C-Libre nos enteramos de ese “detalle” en la sede del Banco Mundial en Washington, y no en Tegucigalpa.


Más allá de las razones políticas, empresariales e ideológicas de Lobo y Maduro que explican su conducta, lo que se puso en evidencia fue la inexistencia de un Estado apto para canalizar la participación ciudadana. Lo importante de subrayar es que ese Estado debe crearse porque aún no existe.


El triunfo electoral del Partido Liberal y la propuesta de “Poder Ciudadano”, formulada por el ahora Presidente Manuel Zelaya Rosales, no representan “automáticamente” un cambio radical en la visión que desde el Estado se tiene con respecto a la ciudadanía, pero sí abren espacio para un debate que ha sido postergado desde el retorno al orden constitucional en 1982.


El cambio esperado podrá darse sólo entendiendo que la participación ciudadana redefine la relación entre el Estado y el individuo como de cooperación, no de dependencia o subordinación. Se trata, más bien, de que la ciudadanía recupere un Estado que financia y sostiene, pero que le fue arrebatado por una cleptocracia que lo
mantiene secuestrado. Ese es el punto medular de este conflicto generado alrededor de la propuesta de Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.


Lo que perfila con nitidez la oposición a la ley no es la radicalidad de su contenido, sino el conservadurismo extremo de quienes tienen el poder o se lucran del mismo en Honduras, alérgicos a cualquier reforma o apertura que consideren ponga en riesgo sus beneficios particulares o de grupo.
Eso explica que una de las peticiones del Colegio de Periodistas a los dictaminadores fue que el acceso a la información pública no incluya los contratos de publicidad.


En el proceso, entonces, el trasfondo que explica el ir y venir de la Ley no ha sido de técnica legislativa, sino de voluntad política.

El proyecto de Ley pudo haber sido el más perfecto de todos y aún así enfrentaría la misma oposición que ha tenido. Tampoco es que esta Ley, una vez aprobada, cambiará las reglas del juego y será la chispa de una transformación radical de nuestro país; de hecho, son muchas las naciones de América Latina donde una legislación de ese tipo está vigente y la corrupción pública – lamentablemente- sigue impune.


Entonces ¿Por qué tanto rechazo de los poderes fácticos? ¿Por qué tanta zancadilla y cinismo?. La respuesta, quizás, es que ellos saben mejor que nosotros el valor de sentar un precedente y la importancia de abrir un postigo para enterarnos de lo que pasa tras los muros del Estado. Por eso ven en esta ley una amenaza desproporcionada; por eso la atacan despiadadamente.


Sin duda, la democracia no se reduce a ideas o procedimientos, pero coincidamos en que no se podrá impulsar sin ideas y procedimientos; de ahí que sea falso el argumento de que en Honduras ya no ocupamos más leyes porque tenemos de sobra. El problema, y esto suele obviarse, no es la abundancia de leyes, sino su incumplimiento deliberado por parte de quienes las aprueban y tienen la responsabilidad de ejecutarlas. La única manera para que la Ley de Transparencia no vaya a parar al cementerio de lo inservible es que la garantía de su cumplimiento no descanse en el Estado o en el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), que es el órgano jurisdiccional de la misma, sino en la sociedad hondureña.


Es la propia población la que debe luchar por su aprobación y cumplimiento. Eso, desde luego, tiene un costo e implica riesgos porque el autoritarismo de la corrupción no perdona a quienes se oponen a sus ambiciones, pero no hay otra opción.

Luchar por una verdadera democracia en Honduras o en cualquier país del mundo no garantiza la vida apacible para nadie. Ahora estamos a las puertas de la aprobación de la Ley y el desafío inmediato es enfrentar la reacción de quienes sin poder detenerla, quieren debilitarla o desvirtuarla. Ellos no descansan y conocen al dedillo – porque son sus creadores- los procedimientos para confeccionar las leyes a su gusto. Si no es en el Dictamen, lo intentarán de nuevo en el plenario, en la elaboración del Reglamento e, incluso, en el texto a publicarse en La Gaceta.


Por eso, los buenos diputados (que los hay), la Alianza 72, C-Libre, la cooperación internacional y todos los que apoyen esta iniciativa debemos defender, en este momento clave y en cualquier sitio donde cada quien se encuentre y trabaje, nuestras propias convicciones y la calidad de la Ley.


Si la democracia es el gobierno participativo y el gobierno de lo público entonces la transparencia y el acceso efectivo y real a la información pública es una condición indispensable para alcanzarla.
Todos deseamos que esta Ley marque una frontera en la progresividad del derecho en Honduras, al igual que otras que han sido retenidas y se encuentran en discusión.


Si lograr su aprobación es un desafío colosal, ponerla en práctica y que la gente se apropie de ella demandará un esfuerzo mayor. Será, como la libertad de expresión, una batalla diaria, cotidiana, permanente y sacrificada porque el autoritarismo al que enfrentamos no tiene historia en materia de rendición de cuentas. La historia está por escribirse.


Finalmente, con este esfuerzo, de luchadores públicos y anónimos, se trata de levantar el umbral de la democracia y de los derechos humanos, de abrir nuevas oportunidades para reducir la pobreza y las desigualdades que ofenden permanentemente la dignidad humana.

Se trata, en definitiva, de ocuparnos de la equidad, de que los pueblos exijan a los gobiernos los derechos que les corresponden y construir una Honduras diferente. Tenemos derecho a soñar en ella ¿o no?

Tegucigalpa, 2006-04-18

25 abril 2006

Y es así como se renuncia



Renunciar es un verbo y en el mundo de los calaveras es conjugado a veces de manera opaca y en el mundo de los vivos no avivados el renunciar lo hacen hasta brillar, que también es verbo.

La acción verbal que impone el renunciar la vemos, con los calaveras, al final del año cuando los ministros de Gobierno hacen circular, que también es verbo, hasta el despacho del ciudadano presidente de la República, quien padece de verborrea, que no es verbo, una renuncia que no es renuncia porque todos los compadres están de acuerdo en remitirla y en no aceptarla. Para qué te escribo si mañana llego.

Es una especie de juego entre calaveras democráticas en donde los espectadores somos todos los bayuncos, también democráticos, que le prestamos atención a esa verdadera mentira y que al final es una mentira verdadera propia del tercer mundo, que no está hecho de verbo sino de hambre. En diciembre le dan libertad los ministros, calaveras, al número uno, también calavera, para que disponga de sus puestos y así se sienten hasta tuanis. ¡Chistositos!

Llegamos al extremo que al verbo renunciar le ponemos apellido: irrevocable, que no es verbo sino adjetivo, resultando como nombre completo de la nota que la contiene el de: renuncia irrevocable o bien se le agrega renuncia con carácter irrevocable, como para llenarla de misterio y que tenga fuerzas ocultas que al soltarlas representen el riesgo de contaminar algo o a alguien. Renuncio con carácter irrevocable, ¡achís y éste!
Por lo general, que no es verbo ni militar sino común a todos, los funcionarios públicos no renuncian aunque sientan piedra o hasta turunca en el zapato, porque puede más aquello de pájaro en mano que ciento volando. Además, ya lo dijo aquel integérrimo del norte cantor de rancheras: vivir fuera del presupuesto es vivir en el error. Es decir, equivocados jamás, o sea la pose y la cara de maje sólo los majes, renunciar: jamás, siempre en el presupuesto, siempre con el juramento de adorar la constitución y sus mieles, digo leyes y digo cumplir no adorar, que también son verbos.

Así, en el mundo de los calaveras renuncias van y renuncias vienen y nadie las detiene, lo que es lo mismo nadie renuncia porque es parte de la desclavijada, pandureca y terebeca democracia estilo Honduras. Sin embargo y esto ocurre en el mundo de los vivos no avivados, hay quien sí renuncia, sin ponerle apellido al verbo, con sólo sentir que algo le chima, pero de esas chimaduras que sollaman hasta sacar sangre y no hay quien los detenga porque se van.

Esas renuncias hacen que las noches sean más claras y no porque haya luz proporcionada por la Enee, Empresa Nacional de Apagones Eléctricos, el sustantivo energía se cambia por la conjugación verbal de apagar, sino porque desnudan, también es verbo, cierto tipo de situaciones y da lugar a las elucubraciones del porqué se dio la renuncia, si viene de España el bombazo, de allí llegó Colón a estas tierras, o diez mil y una cosa que se inventan y circula por estéreo bemba, desde Colombia.

Si usted aceptó leer estas líneas deberá tener a mano el Diccionario de Hondureñismos de la Academia Hondureña de la Lengua o “Te conozco Mosco, Diccionario del pensamiento popular hondureño”, de Juan Ramón Saravia, no renuncie a tenerlos en casa y además, para entenderle, que también es verbo, ver la cara que pone Melcebú, que no es verbo.

La oportunidad de Juan Bendeck

En el actual gobierno desfilan funcionarios buenos, regulares y malos. Cabe mencionar que sinceramente entre los buenos resalta la personalidad exitosa, capacidad de trabajo, valentía y honradez de don Juan Bendeck, pequeña luz que puede dispensar una gran oscuridad, confianza que reaviva la seguridad para la posteridad.

Un buen hombre fue víctima de un estilo anacrónico y caótico; uno de sus errores fue pretender cumplir su promesa de trabajar abnegadamente, intentar medio controlar el poder de los intocables, desnudar la coraza que protege las inmundicias de muchas familias que se creen honorables, cuestionar la potestad infame de los que recaudan fondos para las campañas políticas y que luego pasan las facturas que les sirven para cubrir sus fechorías. El se atrevió como una sardina en el agua tocarle la cola al tiburón produciendo tal marea con implicaciones que son una vergüenza social.

Primero fue la falta de oportunidad para que dialogara con el gobernante sobre la ENEE, que es una bomba de tiempo, Segundo el nombramiento a sus espaldas de un alto funcionario que desempeña otras responsabilidades para que sirviera de contraparte hondureña frente a los salvadoreños en lo que desesperadamente denominan construcción de la represa El Tigre y tercero una desautorización pública cuya copia se conoce públicamente por los medios de comunicación antes que la recibiera don Juan, persona a quien iba dirigida la sorprendente nota, aun cuando el día anterior el gerente con su jefe estuvieron reunidos sin que se le informara nada al respecto.

Indudablemente a don Juan Bendeck se le irrespetó, lo exhibieron abiertamente, levantaron una cordillera de prejuicios en su contra, la incidencia en la casa de gobierno premeditada o consensuada es un pésimo ejemplo, a pesar de todo la olla se va a destapar y saldrá a luz publica todo lo podrido que ambicionan ocultar.

Es patético que el poder sea utilizado para ser juez, jurado y verdugo, pero don Juan Bendeck puede convertir este obstáculo en una oportunidad. Los que están disponibles a sacrificarse son los mejores preparados para cosechar triunfos venideros, la buena acción es para quebrantar corazones endurecidos y sanar a los vilipendiados; si quiere superar la tentación deja que la verdad resplandezca a plenitud porque la gema del carácter cristiano se forma por presión y se refina por fricción, nada puede atenuar la belleza que brilla desde adentro; la mejor forma de vencer al mal es con el arma de la justicia y el amor.

Recordemos el ofrecimiento de Jehová en ISAIAS 41:9-10

Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí y no te deseché.

No temas porque yo estoy contigo; no desmayes porque yo soy tu DIOS que te esfuerzo; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Al llegar el momento cuando el pueblo despierte y se sacuda la mugre que imposibilita lograr el desarrollo, entonces Juan Bendeck junto con otras personalidades sanas que aún existen en los partidos tradicionales, integrarán algo así como Junta de Salvación Nacional para construir la patria grande inspirada por nuestros próceres y que anhelan las generaciones presentes y futuras.

Tulio Mariano Gonzales G.
tuliomgg@yahoo.com

Exenciones fiscales



Aníbal Delgado Fiallos
Las exenciones fiscales, esto es la dispensa del pago de impuestos y de aranceles, puede en algún momento apoyar el desarrollo de la producción, pero en Honduras se ha venido abusando de ellas a tal grado que el déficit fiscal y la deuda externa responden a esta tendencia.

Cuando se establecieron los incentivos fiscales al desarrollo industrial se tenía entendido que los recursos que las empresas ganaban al acogerse a los mismos, serían reinvertidos para ampliación de las plantas o para iniciar otras actividades productivas; la acumulación así realizada, positiva desde todo punto de vista, solucionaría en parte la escasez de capitales, crearía empleo y dinamizaría el desarrollo.

Pero estas expectativas no se cumplieron porque cuando se evaluó el sistema de incentivos se encontró que las ganancias incrementadas a costa del no pago de impuestos en la gran mayoría de los casos no sirvieron para crear más inversiones, sino que fueron dilapidadas por los empresarios beneficiados en gastos suntuarios o colocadas como depósitos en el exterior.

Estamos en una economía de libre empresa respondieron muchos, cada quien puede hacer lo que se le antoje con su dinero. Cierto, pero entonces lo honesto es competir como se debe sin la muleta benefactora del Estado y sin financiarse lujos a costa de la pobreza del país.

Durante el Vía Crucis de Semana Santa, el cardenal Rodríguez denunció el crecimiento alarmante de una minoría opulenta frente a la miseria de la mayoría; esa opulencia en gran medida es producto de prácticas de evasión de impuestos ya sea por la vía legal mediante los regímenes de exención de tributos, el fraude y el contrabando o a través del incumplimiento de los contratos con el Estado.

Es digno de respeto un capital forjado mediante el trabajo limpio y la iniciativa creadora, integrado al desarrollo del país y con expedientes limpios en sus relaciones con el fisco, pero ¿qué de aquéllos forjados al amparo de la evasión fiscal o de prácticas que niegan la libre competencia?

El Congreso Nacional actuó correctamente al rechazar las pretensiones de InterAirports por condonación de multas y exoneración de impuestos, y es de esperar que se eliminen todas aquellas franquicias fiscales que ni estimulan la producción ni sirven para nada.

¿Cuánto le cuestan al Estado estas exenciones improcedentes y la evasión fiscal? Se habla que rondan los 30 mil millones de lempiras. ¿No es acaso un crimen que mientras miles de hondureños sobreviven en la extrema pobreza, cuatro lagartos vivan en el despilfarro a costa del Estado?

22 abril 2006

Welcome to Honduras: El País de las Maravillas

Honduras, el país más pobre de Centroamérica, gracias a las políticas llevadas a cabo por políticos corruptos, los cuales no piensan a futuro y creen que no les afectará nunca el que estén creando miseria a diestra y siniestra. La historia no olvida y el perdón sólo lo da Dios, el omnipotente.

Como dice el amigo de Guaymuras, Henry: ¡Welcome to Honduras amigos cubanos!, aprovechen la coyuntura ilegal de nuestro país y enrúmbense hacia el país del norte, huyan de la dictadura y la represión, busquen la Libertad, aunque sea una media libertad en estos tiempos de terrorismo, pero es mil veces mucho mejor de lo que se tiene en "La Isla de la Fantasía".

No les importen nuestros problemas, al fin y al cabo no son suyos, sólo usen a la Banana Republic como paso "obligado" hacia su meta. Así lo hacen muchos compatriotas hondureños, pero estos huyen de otra cosa, huyen de la miseria, del analfabetismo y la corrupción, estos buscan también la Libertad, la Libertad económica, la Libertad de ser un verdadero ciudadano, aunque sea un ciudadano de otro país, pero sentirse un ciudadano ya es un paso hacia la liberalización, hacia el existir.

¡Welcome to Honduras todos los que quieran seguir su paso hacia el país del norte, todos los que busquen la libertad!.

¡Welcome al país de las maravillas!, al país de la inseguridad jurídica y ciudadana, al país en donde todo anda bien, según los políticos; al país donde todo se aguanta y nadie dice nada; al país donde se arrasa con los bosques en confabulación con las autoridades encargadas para protegerlos; al país donde se legisla para unos pocos, donde las leyes protegen a los ricos, donde se condonan deudas a los terratenientes, mientras los agricultores viven de la dádiva de algunos organismos internacionales que se han apiadado de ellos. Sean bienvenidos al país donde los impuestos y la energía cara asfixian a la población más pobre. Donde es prohibitivo sacar a luz pública los salarios de los funcionarios del Estado. Donde impera el miedo.

Welcome to Honduras, el país donde los diputados fomentan el racismo, la discriminación y el "violar la Constitución de la República, cuantas veces sea necesario".

Welcome to Honduras, el país donde los dueños son unas cuantas familias y el hondureño común no tiene acceso a la salud, vivienda, agua potable y un trabajo digno.

Welcome to Honduras, donde existe una Estrategia para la Reducción de la Pobreza y no una para la creación de riqueza; donde 384,832 niños y niñas, no conocen el juego, porque tienen que trabajar o mendigar en las calles; donde "el plomo flota y el corcho se hunde".

Welcome to Honduras hermanos cubanos y que Dios los ilumine en su camino hacia la Libertad.


Wilfredo C. Flores

21 abril 2006

Entre la espada y la pared

INTRODUCCIÓN.
Me he resuelto a escribir esto que considero ser uno de los episodios más interesantes, de un hasta ahora en proyecto libro de mi vida, con la intención de que les sirva a los hondureños que se encuentran en las mismas circunstancias en que me encontré yo, allá por los años cincuentas, asediado por las tres "Ds": desposeído, desilusionado y... desesperado.

A esos que están confiados en solucionar el problema por medio de emigrar, para venir a hacer los "fáciles" dólares a los Estados Unidos, quiero advertirles que no hay tal cosa de dólares fáciles. Eso es una falacia que errónea y desdichadamente se ha propalado entre la ciudadanía hondureña. En este país nada es fácil si se de-
sea obtener honradamente, sin embargo, no se puede decir lo mismo con respecto al enriquecimiento ilícito, lo que, dicho sea de paso, también abunda en este país para algunos de leche y miel.

Para aquellos que estén considerando venirse para acá con o sin papeles, y que vienen en busca del "sueño" honradamente y dentro de los cánones de la ley, les recomiendo que observen la regla básica de la lengua: entre más inglés sepan, menos difícil será la lucha. Entre más inglés sepan, menos escollos encontrarán en el camino, o lo que es lo mismo: entre menos inglés sepan, mas cruenta y penosa será la batalla y es muy posible que les toque llegar a la encrucijada que se considera ser, el hecho de llegar al momento en que se duda en la sobriedad de la determinación, de haber dejado de padecer calamidades en Honduras, para venirse a pasarlas acá.

A aquellos que están contemplando venirse para agregarse a las hordas del bajo mundo, les advierto que consideren que aquí la justicia es implacable y aunque no deja de tener cierto parangón a la hondureña, en ciertos aspectos, generalmente es inflexible e inclemente, más que nada, que no se les olvide que aquí existe la pena de muerte.

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Jamás se me olvidará aquel terrible día en el que sintiéndome vencido y aniquilado, me encerré en mi cuarto-dormitorio, y arrodillándome al pie de mi lecho, me puse a rogarle a Dios por su ayuda. Nunca antes en mi vida me había sentido tan desesperado y desamparado. Creyente que era y que soy de Dios, nunca había confrontado una situación tan angustiosa, en la que me viera irremediablemente obligado a acudir al último, pero quizás más seguro recurso que tenemos los humanos - la piedad y generosidad de Dios.

Al principio insistí en creer que aquel incidente, más que un milagro, era una simple coincidencia. Dios no se mete en las trivialidades de nosotros los humanos, como ser supremo que es, regula y dispone pero no participa en carácter individual ni incidental mucho menos, en los problemas personales de sus criaturas. Al menos que, sinceramente, nos arrepintamos y le "llamemos la atención" hacia nuestras cuitas, Dios no se meterá con nosotros y más cuando no somos constantes en nuestras obligaciones con Él, y no cumplimos sus mandamientos.

Por lo menos, así era como yo pensaba antes de aquella crisis, que me había obligado a acudir a su misericordioso auxilio, aquel memorable día en la loma aquella en donde vivía con mi familia en San Bruno, California.

Todavía en el largo proceso de recuperación, ocasionado por la maldad de dos criminales, que a la hora de cerrar el taller de cosmetología, que le habíamos comprado a un alemán, la asaltaron y le robaron, estaba mi esposa cuando la compañía en la que yo había conseguido empleo como contador, decidió moverse a Fresno. Uno tras otro, habíamos en corto tiempo, recibido dos golpes mortales - perdimos el negocio de mi esposa y yo perdí mi trabajo, el primero que había conseguido desde que me desembarqué.

De repente, nos dimos cuenta que nos encontrábamos en un país extraño, lejos de Honduras, sin amigos y... ¡sin trabajo los dos! Una situación realmente desesperante, que no hubiera sido de proporciones tan desastrosas, si no hubiéramos tenido nuestros hijos pequeños de pan en mano. Mi paga de desempleo del Estado, apenas nos alcanzaba para evitar tener que morirnos de hambre. ¿Y la renta? ¿Como pagaríamos los otros numerosos gastos incidentales?

Recién emigrados, no teníamos ahorros y apenas contábamos con una cuenta de cheques de la que ya habíamos agotado los fondos, cuando perdimos el negocio. Inexpertos e impreparados como solo pueden estar, dos "cimarrones" hondureños trasplantados de las selvas tropicales, el aseguro del negocio, por no saber hacerlo, resultó nulo cuando quisimos reclamar. "Esa clase de contingencia no está cubierta", nos dijeron y cuando tratamos los medios legales, el abogado nos dio la mala noticia de que solo teníamos un cincuenta por ciento a nuestro favor, y para empeorar las cosas, el fallo del caso, de acuerdo a las leyes de California, era un proceso prolongado que tomaría meses y hasta años. Optamos por no reclamar y ampararnos en vez, con la ley de Bancarrota que aquí se conoce como "Chapter 13".

Fue así, pues, como casi de la noche a la mañana, se había escurrido por entre los dedos de nuestras inexpertas manos, el "sueño" cuya realización ya hacíamos tan segura. Se apoderó el pánico de nosotros, al punto que nos sentimos, mi esposa y yo, en medio de un océano hostil rodeado de hambrientos tiburones. Aunque mi esposa nunca me lo dijo, yo presentía que ella, al igual que yo, se sentía desesperada. No tenia que habérmelo dicho, sus ojos la denunciaban. Los dos, tratando de tenernos mutua consideración, estábamos haciendo todo lo posible, por jugar el inútil papel de dos mentirosos que no podían ni sabían mentir. A pesar de todos nuestros esfuerzos por disimular, no podíamos evitar sentir que estábamos entre la espada y la pared.

De repente, nos encontrábamos en medio de una de las peores crisis que se puede experimentar en un país extraño, lejos de familiares y amigos. Evitando alarmar a nuestros pequeños hijos, nos sentábamos mi esposa y yo, alrededor de la mesa de nuestro comedor a planear la siguiente movida, cuando ya estaban dormidos. Recuerdo la ansiedad con la que esperábamos que el teléfono sonara, y que fuera la llamada de algún prospecto de empleador, respondiendo a alguna de las cartas de solicitud de empleo, que habíamos enviado por correo.

Así mismo con igual intensidad, esperábamos también al cartero solo para descubrir que así como no llegaba ninguna llamada, tampoco el cartero nos traía la carta que esperábamos. Pasaban los días que se hacían tantos y tan largos, y no podíamos anticipar el final de aquella incertidumbre infernal, que ya nos parecía eterna. Fue en uno de esos momentos en que reparé que a mi esposa y a mi, en nuestra zozobra y ansiedad, se nos había olvidado algo muy importante y crucial, se nos había olvidado encomendarle a Dios nuestro problema.

En silencio recriminé mi fatal descuido, y sin anunciárselo a mi esposa, inmediatamente fui a nuestra habitación y cerrando la puerta detrás de mi, me arrodillé y más que pedirle al Todopoderoso por un trabajo, recuerdo que le pedí perdón por mi negligencia. Por no haber pensado que a Él era el primero a quien debiera haberme dirigido.

Ahora que llego a la conclusión del relato de este extraño incidente, se que al leerlo habrán quienes piensen como yo al principio sospeché, que todo fue obra de una mera coincidencia. Bueno, que piensen lo que quieran. Yo pensaré hasta el último día de mi vida, que fue la respuesta de Dios a mi petición, que al día siguiente recibiera en el correo de la tarde, una carta de una compañía en Brisbane, dándome instrucciones y concertando una entrevista, que envolvía la oferta de un trabajo en contabilidad, en una oficina a unos pocos kilómetros de mi casa.

Hoy, más que nunca, estoy seguro de que sí fue aquella una situación de estar entre la espada y la pared, no obstante, lo que no sabia y de lo que me di cuenta después, fue que aquella no era una pared cualquiera, era la mano de Dios, nada más que mis ojos ciegos no podían verla.

Héctor A. Castillo

12 abril 2006

Sobre la política y los políticos

Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

Enrique Jardiel Poncela: “El que no se atreve a ser inteligente, se hace político”.

Bertolt Brecht: "El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos el bandido que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.

06 abril 2006

Estrategia Reducción Pobreza (E.R.P.)

Amigos y amigos, les escribo solamente para decirles que leo sus escritos, y me uno en esta parte del hilo, como quien se une a una cadena de oración, con fe y con duda...
Hoy leí lo que escriben sobre la ERP y los hoteles de lujo que son propiedad de los dueños de la pobreza. Que son los mismos que nos han gobernado, venden el país, tienen pobres suficientes para que voten por ellos, y mueran por ellos en esta gran batalla silenciosa del desajuste estructural, que por supuesto, tienen técnicos y
consultores, que siempre andan buscando árbol con buena sombra.
Todo esto no es aparte de la gran peste transnacional que abate al mundo. Ustedes hablan como buscando encender un fuego, como quien quiere prender una brasa y alumbrar, o a lo mejor incendiar lo que ya se ha incendiado.
Los hoteles de lujo no son asunto aparte de los bancos que administra los fondos de la deuda, del congreso que aprueba los presupuestos o el concejo de ministros que dispone las políticas de nuestra muerte lenta.
He seguido en parte su discusión que hacen desde su esfera virtual. Del altar cibernético que es bueno para hacer catársis. Y puede no llegar más allá.
Algunas veces me pregunto, si muchos de los que opinan en este foro ¿hasta dónde son inocentes de este crimen? Es bonito ser francotirador siempre que no caiga ningún cadáver. Un jueguito de palabras a las que unos pocos le paran bola.
En muchos de sus escitos leo acentos de impotencia y amargura, y en otros casi de tentación.
Si nadie se prestara a la corrupción, no habría corrupción. Si todos fuéramos auténticos y no fuéramos oportunistas y lambiscones. Si dijéramos la verdad. Si no avalaramos el consumismo. Esto sería diferente. Pero en este país, es norma vivir en la falsedad, y muchas veces los debates no tocan fondo, o no interesa de que toquen fondo.
Yo creo que hay que discutir y que hay que opinar, pero sobre todo que debe de tomarse acciones concretas. Volver a la vida combativa, no por intereses mezquinos, porque en este país ya día estamos muertos y por eso no creemos ni en nuestra propia sombra. Estamos muertos, no de hambre solamente, si no de convicciones, capacidad de riesgo, de propuestas esperanzadoras.
En la ERP ¿quién puede creer?. Es un negocio, y otras veces un discurso para no entrar en choque con los grandes poderes.Es un paraguas contra las ventiscas del desempleo y los malestares intestinales. Hay una farsa montada en su entorno: la de la auditoría social y la de la transparencia. ¡Put.., qué es esa cosa de las mancomunidades, de la desconcentración, de la municipalización, de la reconversión, de territorialidad de las cuencas y microcuencas, si no peor que Plagas de Egipto, con una sarta de trampas técnicas y metodológias que requieren de millares de técnicos que actúan como langostas y se harten en sus hojas; por decir, en sus folios, que requieren de hectáreas de bosques para sostener su peso de toneladas?
En este país debe hablarse para entender eso y desenredar eso mismo, pero haciendo investigación, dando datos concretos, poniendo pistas para que la gente lo entienda, aunque sea sólo para entenderlo, como un paralítico, que sabe que es paralítico, o un loco que sabe que es loco, pero que no tiene cura.
Porque la perversidad de la riqueza crea las realidades de la pobreza como un monstruo de mil cabezas y millares de poderes y apariencias.
Pero debe de dialogarse, hablarse entre la gente común, no sólo entre intelectuales, técnicos y consultores (que son muchos de ustedes, perdonen, no me engaño, muchos de sus nombre suenan en ese ámbito), debe de volverse a la palabra por muchos abandonada porque era subversiva. Derrepente hablar como desesperados para no desesperarnos.Decir todo y decir nada.
Porque la ERP es permisiva.Está diseñada de esa manera.Es como la bolsa en la que Pedro Urdimales mete al diablo, para mientras negocia con él.
Romperla solamente es posible no pensando ni actuando en función de la pobreza, sino creando un nuevo concepto de riqueza, que comience por las personas y no por los bienes. Un sistema, que muchos consideran una locura en el siglo 21.
Hay que echar fuera a los demonios de la falsas verdades, hablando por hablar, y estar claro, que satanás, nunca echará fuera a satanás.
Que los pobres están pobres y cada vez más sumidos en la mier... No ha sido en vano la acción de los poderosos.
Pero para eso hay que enlodarse y bajar a la mier.., eso no se puede hacer desde la comodidad. No se puede ser místicos de la verdad juntando migas bajo el mantel de la mentira. O desde un ordenador.
En este narcopaísito la historia se torció hace mucho tiempo. Ahora se ha vuelto virtual, televisada...una historia descontada con altos costos para la naturaleza y para la gente.
Perdonen, si no soy especialita en el tema. Y hablo babosadas, opino y me uno a su opinión, que es inofensiva y barata. Mientras no sea propositiva y vaya únicamente a expensas de lo que propone el sistema.
Aunque no es una opinión, estar diciendo más de lo mismo, donde nadie levanta el velo de la verdad. Nadie denuncia ni hace acciones de incidencia.
En un país donde vivimos como poseídos por un hechizo, en que los ladrones parecen invisibles, y lo que es peor, criminales inocentes. La verdad aún no se desnuda, es como una put... virgen.
En un sentido, su discusión me gusta ,pero me cansa, parece llanto de plañideras, y el entierro sigue....y no sé si esto sólo es una escena más de la tragicomedia hondureña.
Y hoy que me he metido en esta escena,no sé si he venido a meterme dentro de una especie de suicidio colectivo con ustedes, para juntarme a un grupo que sé que no va a ninguna parte, pero que es simpático, que a nadie le preocupa,porque como en este país casi nadie lee, y quienes leemos somos los mismos de siempre, que no somos , ni seremos más que eso...digo esto porque mucho, ya días patinamos en la misma concha de plátano.
Hoy me he atrevido a escribirles porque alguien escribió haciendo un simil del tema con la pesca, y me gusta la idea de la pesca, sin olvidar que el lago de Yojoa es propiedad privada, propiedad minada, propiedad pútrida mucho peor que resto fecal... entonces hay que saber, pescadores de qué somos, y para qué pescamos.
Yo, respetuosamente les digo, quiero creer que su discusión es sincera, pero más me gustaría que llegara al nivel de la investigación y la incidencia, y si es sincera me uno a ella, sólo por la aventura de no estar en silencio, a menos que el silencio sea una poderosa fuerza mayor que la palabra, capaz de romper con esta gran pobreza moral que nos oprime. A menos que la palabra no sea sólo para pajear la lengua y hacer disparos mentales que a nadie asustan.
Les saludo y con gusto continuaré leyéndolos para ir descreyendo y poder creer.

Candelario Reyes G.
hibueras@hondutel.hn

02 abril 2006

Prosapia y abolengo del distinguido y honorable diputado por el partido nacional Miguel Ángel Gámez, adorador de indios y odiador de negros

El Daguerro

Por obra del gran historiador y cronista transoceánico don Miguel de los Castillos y Comayaguas hemos tenido acceso a esta información clasificada: La heráldica del apellido Gámez nos lleva, en lo más remoto de su noble genealogía, al momento en que la civilización romana fue aniquilada y reemplazada por una cultura más bárbara un poco antes del año 1000 de nuestra era en el estadio histórico conocido como Alta Edad Media. En medio de una de las invasiones de las tribus germanas aparece un tal Miquelo Gomis, botabostas italiano que había devenido prisionero y puesto bajo la coyunda del guerrero Erik Homstoketens, llamado “falda floja”, por su disposición de correr, refugiarse y defecar detrás de los árboles en plena batalla. Su sirviente Gomis, gran admirador de las razas superiores, fue identificado e hizo carrera como el mejor limpiador de bosta de caballos de toda esa precruzada y fue tal fama la que permitió la trascendencia de su genealogía. Se sabe que en Oriente Medio los descendientes de Gomis fueron los judíos de bajo abolengo pero alta habilidad profesional llamados Gomes, redactores de páginas sagradas e igualmente botabostas. Con la siguiente diáspora los Gomes llegaron a y se instalaron en la Hispania en donde, hacia 1492 habían ya cambiado su patronímico por Gómez debido a la feroz persecución de los reyes Isabel (la Calderilla) y Fernando (el Tullido) contra los judíos. Bajo ese apelativo, el tátara tatarabuelo de nuestro ilustre diputado fue trasladado a las bodegas de La Niña, la menor de las carabelas de Columbus, encendido en la gran pasión de la aventura conquistadora pero siempre recto en la epifanía de su brillante profesión de botacaca y fiel a los caballos de los conquistadores. Se dice y se sabe a ciencia cierta que nuestro Gómez nunca salió de las bodegas y por lo tanto jamás en el viaje pudo ver la mare nostrum ni el sol, a resultas de lo cual adquirió un tinte negruzco en la piel que, rejuntado con las escamas y los gusanos producidos por su costumbre de no bañarse le consolidó un singular perfil fangoso y hediondo a mierda. Cuando los españoles desembarcaron lo hicieron con sus tres mortíferas armas –la gripe común, la cruz y los caballos- y por tanto con los sirvientes que limpiaban las excrecencias de las nobles bestias. Grande y afanosa fue la impresión que Gómez causó entre los indios. Pero en cosa contraria al recibimiento floral conque se agasajó a los barbados de ojos azules, a nuestro héroe lo bautizaron con una paliza de padre y señor mío por el hecho de creerlo hijo o encarnación de los más odiosos demonios del inframundo, de tan negro y maloliente que estaba. No obstante ese primer contacto con la falsa tierra de las especies, nuestro protohombre se dio a la tarea de hacerse una persona digna y sin abandonar su delicada profesión pudo adquirir fácilmente su nuevo abolengo de cristiano viejo rancioso de lo cual le viene, ajustado a la descomunal vergueada del recibimiento, un odio acérrimo por todo lo negro. Haciéndose pasar por admirador o lameculos de los indios se afincó definitivamente en las Higueras y se cambió una vez más el nombre, para llegar a ser el señor ingeniero Mikele de todos los Ángeles Gámez, diputado de las cortes de los virreynatos; de la cual prosapia es de donde proviene nuestro grande, ilustre, inteligente, patriota y moralmente delicado ingeniero Gámez, diputado actual de nuestro Congreso Nacional, por el también botamierda partido al que pertenece.

(Texto de www.elmounstruario.com).

Marzo del 2006.