02 diciembre 2008

Precios justos para el pueblo

¡Vaya empresa privada la que tenemos! Están poniendo el grito en el cielo porque el Estado pretende controlar sus abusivas ganancias a costa de este paupérrimo pueblo. Desde que tengo uso de razón vengo oyendo la misma cantaleta de los empresarios mediante la cual se comprometen a impulsar el desarrollo productivo del país y para eso, empotrados en el aparato del Estado a través de sus peones, han legislado a su favor adjudicándose incentivos y largos períodos sin pagar impuestos. Sin embargo, no vemos realmente ese desarrollo y gran parte de los empresarios se han dedicado, no al impulso de la producción industrial, sino a la venta de hamburguesas y pollo frito.

Los empresarios ven, en la determinación del gobierno de revisar los costos en las empresas, “una intervención del Estado”, porque siempre han querido hacer lo que les venga en gana, andar como machos sin dueño. Sin embargo, es realmente una necesidad de que el Estado intervenga para regular los precios, y no solo para subirlos sino también para bajarlos cuando las circunstancias lo ameritan, como ahora que han bajado estrepitosamente los precios de los combustibles.

La empresa privada nuestra no se ha caracterizado por la honradez. Andan metidos, muchos, en el contrabando y evaden los impuestos, es más hay empresas o negocios que cobran el ISV y no lo entregan al Estado. Hace poco se divulgó una noticia de una Ferretería que tenía en venta la mercancía que había sido robada al asaltar un camión.

No podemos olvidar lo que pasó con la CONADIH. Algunos empresarios hicieron, en forma deshonesta, préstamos a esa corporación del Estado y pusieron en garantía empresas que no garantizaban el monto de los préstamos. Eso condujo a la quiebra de esa institución del Estado, pues el pueblo hondureño solamente recibió despojos por su dinero.

Lo más insultante de todo esto es que pareciera que el olvido ha corrido una cortina para esconder este lamentable hecho histórico. Por eso resulta humillante para el pueblo que quienes participaron en la quiebra de CONADIH sean ahora homenajeados por el Congreso Nacional y por otras instancias gubernamentales en donde se les ha homenajeado y se les ha elogiado como ejemplos a seguir. No puede salir a flote el país con estos empresarios que solo piensan en sus ganancias.

Muchos empresarios se llenan la boca hablando de la corrupción que hay en el Estado, pero callan el hecho de que ellos son la contraparte de la corrupción, pues es a los empresarios a quienes sobornan los funcionarios corruptos para que les den la comisión o la tajada correspondiente a cambio de la adjudicación de los contratos.

Para mí no hay tal “terrorismo” en esta medida del Consejo de Ministros para controlar los precios irracionales de muchos artículos de consumo básico. Lo que hay es una retoma de las responsabilidades del Estado de velar por el bienestar y los intereses del pueblo hondureño. Y todos los hondureños bien nacidos debemos respaldar esta decisión del gobierno.

Autor: Víctor Manuel Ramos

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